Por Fernando Jaramillo Botero

Fundado en 1842 por Don Elías González Villegas y un numeroso grupo de colonos que vieron en la región una fortaleza para fundar un pueblo en razón a la ruta seguida por los antioqueños hacia el sur y viceversa, esta ubicación estratégica también le generó muchas dificultades pues los ejércitos en conflicto del siglo XIX transitaban por esta zona creando zozobra y temor entre las familias pues debían aportan dinero, cosechas, semovientes y muchas veces hasta sus hijos que por lo general nunca regresaban, su nombre le fue asignado por González como reconocimiento al capitán  Juan José Neira quien se destacó en la vida militar y política por su pulcritud y apoyo a los gobiernos legítimos visibilizándose en varias batallas contra las tropas españolas y posteriormente como juez y senador de la república, Neira falleció producto de heridas de guerra en 1841.

Su economía se soporta en el café, el plátano, el maiz, el cacao, la yuca y la caña panelera de la que se fabrica aguardiente en los zacatines ante la prohibición de producir aguardiente, es famoso el aguardiente amarillo de Manzanares que produce y distribuye la Licorera de Caldas con menos porcentaje de alcohol para evitar las borracheras y los conflictos entre vecinos. Durante muchos años el municipio ha sido productor de cemento al existir una gran mina en su jurisdicción donde el cemento de Caldas tenía una gran tradición. Los ríos y montañas permiten disfrutar de recorridos y paseos que cada vez más visitan los turistas, así como también las caídas de agua y senderos ambientales.

La gastronomía neirana se compone de frijoles y el sancocho que da energía a los campesinos que trabajan de sol a sol entre las montañas, era común en los alimentaderos de los trabajadores vender salchichón, panes y otros acompañantes ya que el trabajador por lo general es muy mecatero; ante la difícil situación en muchas fincas a una libra de frijoles le agregaban un racimo de plátanos para que rindiera, así mismo se le adicionaba manteca de cerdo para darle mejor contextura. En algunos casos, se usaba el hueso gustador para dar sustancia al sancocho que era utilizado varias veces llegando incluso a prestársele a la vecina que no tenía el hueso para el sancocho.

Como buen pueblo de ancestro paisa, no faltan los festivales con música popular o también llamada de carrilera, en razón a que este tipo de música solo se escuchaba en las cantinas a la orilla de la vía férrea o en las estaciones del tren donde se despedía al ser amado o se esperaba a la que muchas veces nunca llegó, hasta nuestros días esta música popular tienen gran acogida y cada vez surgen más cantantes populares que llenan escenarios en los pueblos del Eje Cafetero, así mismo, el pasillo y el bambuco se escucha en los corredores de las fincas donde los campesinos se divierten antes de ir a dormir al cuartel de los trabajadores;  últimamente han surgido interpretes populares y denominan la música del despecho porque en ella se relata a la ingrata que se fue o simplemente le rompió el corazón cuando se fue con otro; en ella se muestra el machismo tradicional en el Eje Cafetero y se somete a la mujer al escarnio público, aunque también han surgido cantantes femeninas que defienden su género y la valentía de enfrentarse a quien las ha sometido por siglos.

Los corchos de Neira son famosos y únicos, y consisten en asar unos rollos de gelatina de pata con panela que con el calor crecerán para venderse en el mercado, al parecer los amasijos se pasaron de candela, pero a los neiranos les gusto la fuerte textura y sabor de estas gelatinas quemadas popularizándolo como el Corcho de Neira.

agosto de 2022