Manuel Gómez Sabogal

Cada 23 de abril se celebra el día del idioma y del libro. Y llegan a mi memoria los días en los cuales enseñaba en la Normal Nacional, 1972 o en el Colegio de las Bethlemitas en 1991. Así mismo, en el 2019, ya en vacaciones indefinidas, en el Gimnasio Contemporáneo.

En la Normal Nacional realizamos diferentes eventos para celebrar tan importante día. Entre ellos, música, teatro, canciones. Lográbamos que los estudiantes le tuvieran un poco de amor a la lectura y las diferentes carteleras publicadas en abril nos llevaban a que ese día fuera muy especial.

Recuerdo cómo para el 23 de abril de 1991, invité a Gustavo Álvarez Gardeazábal a que hablara a las alumnas del colegio de las Bethlemitas. Aceptó mi invitación y muy puntual llegó al colegio para conversar con las estudiantes. Auditorio lleno para una hora de charla con el genial escritor. Salió de su finca muy temprano para estar en el colegio.

Gustavo no solamente les habló, sino que estuvo atento a las diferentes preguntas que le hicieron las estudiantes, quienes salieron muy felices de la charla con el escritor.

Esas dos experiencias, durante mis años como docente, se complementaron con la otra en 2019, el 23 de abril. Esta fue en el Gimnasio Contemporáneo, donde estudió mi nieta un año y el cual quedaba cerca de mi residencia.

Recuerdo que todo se debió a una invitación formulada por la estudiante Ángela Cardona del grado 11 y del docente Jonathan David Torres Ramos del Gimnasio Contemporáneo

Inmediatamente, pensé en invitar a una escritora y se me ocurrió que fuese Bibiana Bernal, quien en 2017 estuvo entre los cinco mejores poetas colombianos.

Conversé con ella e inmediatamente aceptó la invitación. Asi que, todo estuvo listo para el 23 de abril.

Entramos al salón, luego de saludar a Ángela, una hermosa e inteligente niña y a Jonathan David, un joven y alegre docente de español. Observamos a los estudiantes y estos, atentos a la presentación que hacía el profesor.

Para nuestra sorpresa, los casi 20 estudiantes estaban situados en mesa redonda, muy juiciosos, cómodos y expectantes. Saludamos y Bibiana comenzó la charla.

¡Qué charla! Literatura, poesía y vida se conjugaron en las palabras de Bibiana. Nos tenía extasiados y los ejercicios o juegos con frutas, papel y ejemplos, diseñados para que las dos horas fuesen de goce espiritual. Así sucedió.

Bibiana no se cansaba de dar muestras de cómo jugaba con palabras, poesía y vida. Y en cada frase emergía un verso. Los muchachos embelesados y felices con lo que escuchaban.

Fue muy agradable compartir con esos muchachos. Gracias a ellos por escuchar y prestar atención a todo lo que surgía. Jóvenes con ganas de vivir, soñar en grande, pensar que pueden ser mejores cada día.

Estuvieron atentos a cada frase llena de sinceridad, emoción interior y gratitud a la vida. Fue genial.

Lo que Bibiana dejó en ellos, creo fue una gran huella. Van a leer más y a encontrar en los libros un remanso de paz y alegría hoy y siempre. La biblioteca será el mejor sitio para encontrarse con Julio Cortázar, Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti, Fernando Pessoa, César Vallejo y muchos más.

La biblioteca, el lugar más importante del colegio los espera. Allí, entre libros y revistas, se encontrarán con quienes les harán cambiar la vida y les enseñarán nuevos conceptos.

Van a comenzar, quienes no lo han hecho, a escudriñar novelas, cuentos, poesía y van a conocer grandes autores y personajes que los pondrán a vivir.

Sigo aprendiendo con los jóvenes, así sea en una charla, en un programa de radio, en la vida.

Si a los jóvenes se les proporcionan las herramientas, se van a lograr cambios en el mundo. Depende de nosotros….

Si escuchamos a los jóvenes, si los dejamos expresar sus ideas, si los entendemos…