Don Genaro Rodríguez vivió con su mujer y sus diez hijos durante 42 años en la propia boca del volcán Machín, en el corregimiento de Toche, municipio de Cajamarca, en límites con el Quindío. Llegó allí como administrador de la finca La secreta, la misma finca donde está el peligroso volcán, y dedicó sus mejores años de vida de criar vacas, sacarles la leche y hacer quesos que vendía a los vecinos y a las gentes de Cajamarca y Salento.

Con ahorros y con deudas que tenía con él el dueño del predio, les compró la tierra a los herederos, hace un poco más de 11 años, asegurándose así un porvenir para su numerosa familia. Pero a esa tierra ganadera, en la boca del volcán Machín, le aparecieron otros dueños, plantearon un pleito jurídico y una juez les dio la razón, obligando a don Genaro, a su mujer y a sus hijos a abandonar el sitio donde había hecho su vida, y donde adquirió el título de Guardián del Machín.

Don Genaro ha bajado de la montaña hasta a Armenia, en busca de amigos que le ayuden en el pleito que ha perdido, porque él no conoce de leyes ni de escrituras, no sabe leer ni escribir, y se siente ‘robado’.

EL QUINDIANO habló con él y con el defensor de Derechos Humanos Jorge Iván Palacio, sobre este conflicto jurídico que ahora se ha planteado sobre la finca donde está el, para muchos, peligroso volcán Machín. Entrevista completa en el siguiente vídeo…