• VIERNES,  26 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  13 mayo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: María Nelly Vanegas Agudelo

LA DESINFORMACION SOBRE LA SITUACIÓN DE COLOMBIA

0 Comentarios


María Nelly Vanegas Agudelo

María Nelly Vanegas Agudelo

El país, además de la situación de caos y violencia que está viviendo, y podríamos decir también, de la lentitud del gobierno para entrar a establecer medidas que pongan freno al desorden, pero que a su vez, responda a las necesidades y preocupaciones del ciudadano que decidió protestar con toda razón, frente a unas medidas impopulares por lo inoportunas; tiene que soportar con dolor, como si fuera poco lo que sucede: que en las redes sociales, aparezcan jovenzuelos, que sin ninguna preparación que muestre una situación real de las causas del problema y del mismo en sí, envíen al exterior videos oportunistas y parcializados de la realidad.

No solo sucede con las redes sociales, sino lamentablemente, con periodistas de noticieros importantes, que más que comunicar una noticia, como en realidad debe ser, asumen posiciones personales, sin demasiado análisis sociológico, político e histórico y comentan desde su entender, las situaciones como si los noticieros fueran de opinión, confundiendo a un público apasionado, atizando con ello situaciones que necesitan ser abordadas con soluciones reales, a partir de discusiones civilizadas, en la que las partes tengan la buena voluntad para llegar a acuerdos en bien de la patria.

Esta nación, ha vivido una historia de polarización por muchos años, que hace crisis ahora. El florero de Llorente fue la reforma tributaria y casi agachadita, la de la salud, que nos quería meter Vargas Lleras, La una, producto de la terquedad y falta de visión de un hombre tal vez bueno pero sin experiencia suficiente, para manejar un país con las complejidades del nuestro y la otra, la de un avezado político que a la sombra de las circunstancias, trató de meterle un gol al país.

Sumado a eso, la misma soledad del presidente a quien los políticos y entidades gubernamentales, congresistas y demás, dejaron solo, esperando la oportunidad de sacar réditos para las próximas elecciones, en lugar de apoyarlo y aportar en beneficio Estado, mismo del que se lucran. Que falta de patriotismo! Que mezquindad!.

Pero volviendo a las noticias, no entiendo, cómo una periodista extranjera, toma como verdad absoluta lo dicho por un YouTuber que no es analista, ni politólogo y que además es muy joven para conocer las condiciones históricas que entrelazan los acontecimientos; para ella, mostrar desde lo informado por el joven, a un presidente y una policía como asesina.

Aunque Duque es un hombre terco y errático y no es el presidente para este momento histórico en el cual se viene acumulando una serie de tensiones producto de un sistema corrupto, no es un asesino, ni está matando al pueblo, como se afirma en algunos videos que circulan por las redes y a través de los cuales en el extranjero se muestra una visión parcializada del país, quien sabe con qué fines.

En esta situación, hay personas buenas, que quisieron protestar ante unas medidas impopulares para el momento, pero, que fueron utilizados por los anarquistas y los vándalos, quienes lo único que buscan era el caos, generando violencia contra todos y contra todo lo que van encontrando a su paso, ante lo cual tiene que actuar la policía.

Las marchas, cuando tienen motivos tan variados y no son lideradas por personas sensatas, terminan en desmanes, porque en ellas se da un fenómeno muy claro, que es, que el marchante deja de ser él, para formar parte de la masa y como decía Freud: el individuo que entra a formar parte de una multitud, se sitúa en condiciones que le permiten suprimir las represiones de sus tendencias inconscientes, operando en ellos por lo mismo el fenómeno de la sugestión; es decir, queda como hipnotizado convirtiéndose en esclavo, en este caso de los vándalos.

Los agitadores lo saben y los marchantes a quienes los mueven motivos nobles terminan convertidos en idiotas útiles con consecuencias muchas veces desastrosas para ellos mismos.

Como decía G Le Bon: Los diversos impulsos a los cuales obedecen las masas podrán ser, según las excitaciones, generosos o crueles, heroicos o pusilánimes, pero siempre serán tan imperiosos que el propio instinto de conservación se borrará ante ellos. En un instante, pasan desde la generosidad a la ferocidad más sanguinaria.

Conocedores de ello, la policía actúa y es difícil que traten con cortesía a quien ha perdido la racionalidad para actuar irracionalmente. Actúan a su vez, con fuerza, y rudeza, producto de un entrenamiento para la guerra no para la conciliación, esto corresponde a las autoridades como presidente, alcaldes, gobernadores y otras fuerzas vivas, que en momentos como estos han pasado de agache o han dado mensajes ambiguos. La policía de acuerdo a la constitución es la encargada de defender la institucionalidad, los gobernantes como su nombre lo indica son los encargados de gobernar.

Que algunos policías, se salieron del control y abusaron del poder, sí. Algunos; no la policía que fue agredida, herida y golpeada y hasta humillada y también aportó muertos; no producto de balas cruzadas, sino de asesinatos alevosos como el caso del capitán Solano a quien le pegaron varias puñaladas, y que después de haber servido a la patria su muerte a duras penas la sintieron sus deudos. Nadie protestó, nadie prendió velas por él, ni exigió un esclarecimiento de su crimen. Acaso, estamos divididos en buenos y malos, los unos los de uniforme y los otros los civiles. No, todos son colombianos con familias que los lloran, hijos todos de la misma patria.

Las noticias mostraron, revoltosos intentando quemar un CAI con 10 policías, muchachos de 20 años, hijos de gente pobre, no de ricos ni de políticos, que de no haber sido ayudados y protegidos por los ciudadanos de bien, hubieran muerto quemados. Esta es la verdadera Colombia donde policías y ciudadanos manifestantes, mutuamente se ayudan y protegen.

Desafortunadamente, la parcialidad y el desconocimiento de quienes están obligados éticamente a dar noticias, no opiniones y de las redes sociales, donde cualquiera escribe, no importa si es ignorante en el tema pero con ello gana likes, atizan más el fuego en lugar de contribuir al orden y la paz que la mayoría de colombianos anhelamos.

Flaco favor le hace al país el apasionamiento de personas sin capacidad de análisis que desconocen la historia del país, misma que los gobernantes también parecen desconocer

Quemar locales, destruyendo la fuente de trabajo de colombianos honestos y luchadores, terminar con las calles que además hemos pagado con nuestros impuestos, acabar con establecimientos, edificios, arrasar con el trasporte público, bloquear el paso de ambulancias con enfermos o que van a recogerlos y que quizá su vida dependa de poder ser transportados en una, o cuyo bloqueo ocasiona la muerte cuando apenas empieza a brotar la vida, como el caso del bebe nacido dentro de una de ellas, a la que no dejaron avanzar, muriendo el bebe por no tener la atención oportuna; eso no es protesta.

Contra medidas absurdas, protestar es salir pacíficamente, para que la presencia multitudinaria le muestre a un gobernante que no está haciendo lo debido, lo demás es vandalismo y anarquía,

Bloquear vías no es protestar, es violentar los derechos de otros a trasportarse, a trabajar, a desplazarse de un lugar a otro, a surtirse de alimentos a decidir no protestar eso también es un derecho.

Entre policías y manifestantes, hay gente buena, trabajadora que ama este país, pero en medio de los dos, están los que buscan la desestabilización y la destrucción del mismo.

La policía como institución, debe revisar su actuar durante las protestas, los mecanismos que utilizan para cuando hay desmanes; así mismo, los altos estamentos que dan las órdenes revisar los procedimientos y protocolos para que no queden ruedas sueltas que manchen su nombre y deshonren a la institución.

Presidente, congreso y gobernantes locales, deben actuar todos a una, No ir a la deriva, oír a los ciudadanos, untarse de pueblo, recorrer calles yendo a plazas de mercado, montar en trasporte público, para que se den cuenta de las realidades que vive el país y de esta manera conozcan sus necesidades y lideren proyectos en beneficio de los ciudadanos.

Cuenta la historia que Churchill, obstaculizado por el Parlamento que le dio la espalda por su negativa a firmar un acuerdo con Hitler, decidió visitar a las personas que realmente importan: los trabajadores de Inglaterra. Así que se montó en el metro para ir hasta Palacio. La gente que iba allí, quedó atónita al verlo entrar, él habló con ellos y les preguntó si Gran Bretaña debería pactar con la tiranía. La respuesta fue rotunda: «Nunca». Presidente y gobernantes oigan al pueblo! Escuchen su clamor y encontraran soluciones a esta crisis.

PUBLICIDAD

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net