Una de las cosas más llamativas de la visita del papa a nuestro país fue el ‘papamóvil colombiano’, diseñado para facilitar el encuentro  entre las personas y el Sumo Pontífice.  
 
El Batimóvil, como lo llamó una reportera panameña, era la sensación por donde pasaba. Era tan admirado que en Villavicencio el vehículo casi arrolla  a un feligrés que se arrodilló frente a él para contemplarlo de cerca.  
 
Por las calles los colombianos siguieron al papa como una estrella del rock: gritos,  desmayados y mucha euforia rodearon al papamóvil, que brindó la seguridad y la comodidad necesaria para que el jerarca de la iglesia Católica, con mucha tranquilidad, saludará como una reina de belleza, una reina de belleza de la tercera edad.  
 
El papamóvil sorprendió y aunque muchos lo culparon de dejarle al papa un ojo colombino, en las imágenes del vídeo vemos que el papa se dio duro  por culpa de la frenada tan bestial del chofer,  que no era parte del flamante diseño del vehículo, pues no estaba atornillado como una figura religiosa.  
 
Por todo esto, exijo que los ‘papamóviles colombianos’ no vayan a ser refundidos en museos católicos, que no los desarmen y los utilicen para hacer trasteos de iglesias, o que no queden parqueados de por vida en las Diócesis de las ciudades donde pasearon a su Santidad. 
 
Estos ‘papamóviles’ deben tener un uso apropiado y ser bien aprovechados. Por 
eso propongo que sean alquilados o vendidos a los papas de la política colombiana, que empiezan a recorrer las calles del país. 
 
Un papamóvil sería una de las mejores adquisiciones de la campaña de German 
Vargas Lleras, por ejemplo.  

El papamóvil le permitiría a Vargas Lleras recorrer cada rincón de Colombia sin 
asco, sin estar pensado que este me tocó el hombro con esas manos todas sucias, que esa señora toda mueca y pobre me dio un pico, o que tuvo que bailar con un grupo de niños que olían maluco. 

 También el papamóvil le haría subir en las encuestas porque lo aislaría de los 
problemas que tiene habitualmente: los coscorrones y los ataques de ira.  

 Así como el “papamóvil” enaltece la humildad del papa Francisco, enaltecería la 
prepotencia de Vargas Lleras.  

El otro papa político que me gustaría que hiciera campaña en uno de los 
“papamóviles” es Ordóñez.

 A Ordóñez le sentaría de maravilla porque el vehículo iluminaría su santa figura.  
 Imagínense a su santidad Ordóñez paseando por cada ciudad de Colombia, 
dejando el gran legado de la exclusión, de la represión y repartiendo calzones de 
castidad por doquier.  

Por favor, no dejemos que los papamóviles se utilicen en eventos inapropiados o 
sean usados para beneficios personales, no dejemos que los años se los coman 
en un parqueadero, aunque ya dijeron que se utilizarían para posteriores visitas delpapa a Suramérica, pero de aquí a que vuelva el papa Francisco es mejor prestárselo a los políticos colombianos, que a pesar de estar plagados de corrupción se creen unos verdaderos santos.