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Economía  |  25 octubre de 2018  |  12:07 AM |  Escrito por: Edición web

¿Está el Quindío distribuyendo el valor agregado que genera?

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* Por Héctor Alejandro Montañez R., Juan Manuel Aristizábal T. y Juan Carlos Vásquez S, miembros de la Sociedad de Economistas del Quindío y fundadores de la empresa Analítica y Econometría.

 

El concepto del valor agregado en una economía es central a la hora de evaluar las oportunidades que tiene el grupo social para mejorar su bienestar económico. En términos simples, el valor agregado sería la diferencia entre el valor de la producción y el costo de las materias primas. Si usted tiene una empresa y adquirir sus materias primas le cuesta $500 y el valor de la producción asciende a $2.000, quiere decir que el valor agregado es de $1.500. Este valor agregado se reparte entre los salarios, los insumos, los impuestos y la utilidad que genera para los dueños. Si para el mismo ejemplo, el valor de la producción fuera $4.000, el valor agregado de la empresa ascendería a $3.500. Con este último valor, se esperaría que se pagaran mejores salarios, más impuestos y que la utilidad para los dueños fuera mayor.

Las cifras para el Eje Cafetero

Si se observa las cifras de las cuentas nacionales disponibles a la fecha (año 2016) para los departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas, se puede observar que en términos del valor agregado, el Quindío genera menos, pero esa misma cifra en términos de la población ocupada (lo que genera cada persona con empleo, es decir, desde la oferta) no difiere de sus pares. Caso similar si se tiene en cuenta el destino (toda la población, es decir, desde la demanda).

A pesar que las cifras de valor agregado no son tan dispares, con lo que se esperaría que los indicadores económicos no lo fueran, algunas diferencias fundamentales podría indicar que el Quindío tiene problemas a la hora de distribuir su valor agregado.

En que se nota la diferencia

La tasa de desocupación para Armenia en ese año bordeó el 14.8%, mientras que la de Pereira fue de 10.7% y la de Manizales de 10.3%, un diferencial de 4%. A nivel departamental, para el año 2017 la tasa de desocupación del Quindío fue la primera a nivel nacional con el 13.5%, mientras que para Caldas fue de 9.2% y para Risaralda de 7.8%. Para el año 2017, Armenia concentra el 61.40% de sus hogares en los estratos 2 y 3, mientras que para Pereira esa misma cifra es de 65.30% y para Manizales es de 76.39%. Si ese mismo análisis se hace para los municipios de los departamentos, excluyendo la capital, se tiene que el Quindío concentra sus hogares en el estrato 1 y 2 con el 77.18%, Risaralda lo hace para los estratos 2 y 3 con el 81.16% y Caldas con los estratos 2 y 3 con el 79.75%. En resumen, somos más pobres que nuestros pares regionales. La mediana de los ingresos (cifra que parte el 50% de los ingresos por arriba, 50% por debajo), tomados a pesos corrientes entre los años 2008 a 2017 nos da una panorámica similar.

 

Fuente: elaboración de los autores.

 

Algunas explicaciones

En varios círculos hemos insistido en que la estructura económica del Quindío genera exclusión social. Actividades de bajo valor agregado ponen a competir personas capacitadas con no capacitadas, encontrándose que estas últimas empiezan a quedar por fuera del mercado laboral, tanto formal como informal. Así mismo, estas economías no permiten crear empresas sólidas y dados los bajos niveles de ingreso empieza a experimentarse lo que se denomina “enanismo empresarial”, empresas de uno a tres empleados, que trae a su vez una alta rotación empresarial (se crean muchas empresas, pero también se cierran un número levemente inferior). Bajo esos términos, empieza a darse informalidad empresarial, que termina obligando a los pocos ocupados a trabajar por Cuenta Propia (usted es su propia empresa, acuérdese que la empresa=usted, debe afiliarlo a seguridad social, pagar aportes de pensión, vacaciones, primas, etc.). Si bien los altos niveles de Cuenta Propia no son exclusivos del Quindío, con los niveles de desempleo que maneja el Departamento y la ciudad de Armenia, esa categoría no puede tener otro adjetivo que “rebusque”.

Hay que pensar el modelo económico del Quindío

Lo anterior, nos obliga a repensar el modelo económico del Quindío y de Armenia. De seguir insistiendo en actividades de temporada, con actividades conexas de bajo valor agregado, la historia nos cobrará muy caro haber excluido económica y socialmente a una población que impedimos avanzará en su bienestar económico. El Quindío no está repartiendo adecuadamente el valor agregado que genera. Es hora de pensar en una estructura económica que mejore los ingresos de los hogares a través de mecanismos de distribución apropiado donde TODOS nos beneficiemos.

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