En la tercera asamblea de Camacol, seccional Armenia, los empresarios del sector constructor manifestaron que hay incertidumbre por la inseguridad jurídica que genera el cambio inesperado en la norma y la crisis de fondo que atraviesa la ciudad por cuenta del escándalo de las obras de Valorización.

Sandra Forero, presidente ejecutiva de Camacol Colombia, dijo que la crisis jurídica es a nivel nacional, pero en Armenia hay una combinación de factores que hacen que el impacto sea mayor: en cuanto al Paisaje Cultural Cafetero no se han visto lineamientos en los planes de ordenamiento territorial que dejen claras las reglas de construcción, no hay elementos técnicos tras las decisiones de Procuraduría que aclaren cómo se puede proceder, derogatorias de decretos en proyectos que no fueron públicos ni presentados previamente en donde se desperdicia el saber hacer de los constructores que pueden ofrecer estudios técnicos y simulaciones, son algunos de los elementos que nombró la presidente ejecutiva.

“Un cambio de norma de un día para otro es terrible, cambia las normas de juego y restringe la actividad más importante de la estructura económica en la región”, indicó Forero.

Frente a la problemática el gremio mostró estar abierto a la concertación y ofreció estudios técnicos y análisis para recuperar la confianza de inversión en el sector. Para las constructoras se acaba el tiempo y la derogación de tres normas que eran la base formal de la actividad tienen la economía restringida.

“Requerimos no solo un buen contexto económico sino normas claras, un trabajo contundente y acelerado liderado desde la administración municipal, vemos que hay voluntad pero necesitamos hechos concretos, estabilidad y confianza para el inversionista. No es un tema netamente empresarial, está en juego la generación de empleo, la demanda de insumos y el compromiso con el consumidor de vivienda”

Fuerte económico

Según cifras de Camacol Colombia, a nivel nacional la inversión en la construcción movió 78 billones de pesos, demandaron insumos por 34 billones y se pagaron 9.3 billones de pesos en salarios directos. En Quindío es el renglón más fuerte de la economía y “cuando se cambian las normas de un día para otro se pone en riesgo la industria, la generación de empleo y la atención a una demanda de compra de vivienda que está lista, Armenia y El Quindío no pueden quedar por fuera de la bonanza de los subsidios para vivienda interés social”

Formalidad

“Representamos la formalidad y creemos que hacemos las cosas bien, si algún constructor hace algo mal, debe asumir las consecuencias, pero un error de uno solo no puede satanizar la actividad que más genera desarrollo social y económico en el departamento. El comprador compra con confianza, el constructor confía en las normas y si estas se cambian de un día para otro se ataca a la formalidad y se abren las puertas a la ilegalidad, que es la que deberíamos estar atacando”, indicó Sandra Forero.

Planes de ordenamiento territorial impecables

Para Camacol, si no hay información impecable del territorio, soportada en estudios técnicos y georeferenciada, los POT van a tener siempre falencias y sufrirán posteriores derogatorias, para el gremio la estabilidad jurídica la visión a largo plazo se logra con planes de ordenamiento territorial impecables que solo son posibles con buena información del territorio.

Valorización

“No pueden haber negocios con incertidumbre y estos han sido meses de ello. Uno se acuesta visualizando un proyecto y se levanta y ya todo es diferente”, dijo César Mejía Urrea, presidente de Camacol, seccional Armenia.

El ingeniero manifestó que el sector constructor está dispuesto a apoyar a la ciudad en la crisis que atraviesa por el escándalo de las obras de Valorización. “Necesitamos que el alcalde nos muestre la línea a seguir y nos devuelva la confianza, la corrupción no puede llevar el municipio a la quiebra”.

El también presidente de la constructora Camú pidió que se haga el análisis de la realidad del proyecto de Valorización en donde se evidencien cifras, el valor de las obras y el desfase de lo que se recauda y se ejecuta.

“Parece que el anticipo se perdió, las obras valen más de lo que se espera que se recaude, la valorización fue mal decretada y por eso tenemos hoy un municipio con dificultades económicas. No podemos olvidar que la construcción es una actividad fuerte y si se desestimula se pierde no solo en este sector, sino en el inmobiliario y el productor de material”, concluyó Mejía Urrea.