De Germán Rojas Arias

Por Francisco A. Cifuentes S.

Los preámbulos del periodismo en Colombia están marcados por dos publicaciones santafereñas; que ya son historia por si solas; pero que, a su vez, constituyen toda una fuente para la historiografía colombiana, no solo en lo referente a sucesos de la naturaleza, sino a muchos otros que marcaron la vida cotidiana de los pobladores de nuestra capital y, por su influjo, la de todos los colombianos. En este contexto se enmarca la publicación del famoso “Aviso del Terremoto sucedido en la ciudad de Santafé el día 12 de julio de 1785” y la aparición de la “Gaceta de la Ciudad de Santafé de Bogotá”, también en 1785. A estos inicios del periodismo y de la historia entrelazada a él, contribuyen sustancialmente las publicaciones “El Semanario” (1791) y “El Papel Periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá”, que circuló entre 1791 y 1797, debido principalmente al periodista, bibliotecario y poeta cubano, radicado en La Nueva Granada, Don Manuel de Socorro Rodríguez de la Victoria. Entre los muchos neogranadinos ilustrados, que desde estas páginas enriquecieron la causa libertadora e independentista, no se puede olvidar el papel destacado de Don Antonio Nariño; quien diera a la luz pública en estas tierras la “Declaración de los Derechos del Hombre” en 1793 y que continuaría con sus luces en el periódico “La Bagatela”, fundado en 1811. (CACUA Prada, Antonio. 1968. Historia del Periodismo en Colombia. Bogotá. Fondo Rotario Policía Nacional).

Periodista

Esta parentela entre el periodismo y la historia, es la que me permite colocar en contexto la reciente publicación en Armenia del bello e interesante libro titulado “Noticias del Terremoto” del periodista e historiador Germán Rojas Arias. También a él, se le pueden atribuir los calificativos antes señalados para los pioneros del periodismo en Colombia. No es gratuita la vocación y la pluma de Germán. Él está inmerso en una distinguida familia de las letras quindianas, reconocida en la radio, los periódicos, las revistas y la academia de varios niveles. Así lo han denotado con holgura Don Aldemar Rojas Martínez y el Magister Miguel Ángel Rojas Arias. Qué mejor tributo para un Señor del periodismo quindiano, que la herencia recogida hoy y acrecentada por estos dos ilustres periodistas e historiadores, que están contribuyendo decididamente a la comunicación veraz y objetiva de los hechos políticos y sociales del día a día; pero también que le están tributando a la ciencia histórica regional.

Periodismo - Literatura

Estas circunstancias me han permitido reflexionar también acerca de la relación entre el periodismo y la literatura; muy importante en los Estados Unidos de América, durante la llamada “Generación Perdida”; en la que descollaron los periodistas y escritores Ernest Hemingway, Scott Fitzgeral, Truman Capote y John Dos Pasos. Ellos nutrirían sus textos a partir de su trasegar como reporteros y cronistas en guerras y vivencias que inicialmente solo eran motivos de redacción periodística; pero que a la postre enriquecieron la narrativa y, hoy día, la historia de la literatura universal. Nuestro insigne reportero y novelista Gabriel García Márquez, en más de una oportunidad, reconoció esta influencia; como es evidente en “Relato de un Náufrago” y en “Crónica de una Muerte Anunciada” y sus escritos sobre Chile, La Cortina de Hierro y su monumental “Noticia de un Secuestro”.

El Licenciado Germán Rojas Arias ha demostrado su profesión como historiador, su trabajo como educador y su vocación por el noble oficio del periodismo; acompañado de sus preocupaciones más vitales, a la sazón como Especialista en Derechos Humanos (USTA). Todas estas facetas están integradas a su nuevo libro.

Dados los anteriores comentarios, me tomo la licencia de apostillar el texto, producto de un rastreo, lógico, a mi manera.

Rastreo

La carátula de la autoría del ingenio de Ferney Vargas “Feroz”, merece ser resaltada; porque en su composición está sucintamente reflejada la esencia del texto: es la mano del periodista, frente a su máquina de escribir, justo delante de una ciudad en ruinas.  Y el resultado es el testimonio vivencial, oportuno, en caliente de la pluma de un versado periodista y cronista de hechos que ya son históricos. Pero este reconocimiento se extiende a la ardua labor de sus compañeros de oficio y de tragedia: los señores Jorge Eliécer Castaño y José Jota Domínguez; como también merece incluirse en esta loa a La Crónica del Quindío; ya que por sus páginas pasaron estos relatos, que hoy constituyen este libro. La ciencia también tiene cabida aquí; pues se destacan los aportes de los doctores Gonzalo Duque Escobar, Alfonso López Reina y Hugo Monsalve; pero también merece citarse al Doctor Armando Espinosa Baquero. También aparecen las fuentes de primera mano de INGEOMINAS, el Observatorio Sismológico y el aporte de las universidades de la región; tanto en sus análisis e investigaciones, como en su contribución decidida desde el mismo momento de la tragedia; destacándose la Universidad del Quindío.

Consolidados

La información y el fundamento estadístico del texto es bastante seria y, va desde los reportes iniciales, hasta los consolidados. Esto se constituye hoy en una fuente de mucho valor para consulta de legos y especialistas. En esta misma línea de trabajo se puede hallar la documentación jurídica básica, lo referente al Sistema de Gestión de Riesgos de Desastres, la evolución de todo el tema de la vivienda; que va desde la destrucción, los llamados “cambuches”, la problemática social y psicológica a su interior y la reconstrucción como tal. Aquí es oportuno hacer una reflexión sobre el tema delicado de la evolución demográfica de nuestro perfil como quindianos; dados los movimientos de emigración e inmigración, tanto internos como externos; que modificaron sustancialmente la sociedad quindiana. Pero se trasciende la casuística, hasta llegar al tema de la Declaración de Patrimonio del Paisaje Cultural Cafetero; lo que nos coloca en una nueva perspectiva, tanto de cuidado como de desarrollo; pasando así de la visión inmediata de la tragedia al foco de interés en nuestro mejor paisaje y nuestra mejor humanidad.

Historiografía

Mucho se ha escrito sobre lo acaecido en Armenia; pero este libro recorre lo sucedido en todos los municipios quindianos y algunos municipios de los departamentos colindantes con el nuestro. Y, cuando se trata de la capital, penetra de una manera directa en los sucesos, los problemas y las voces de los moradores de los barrios más afectados y no solo en el sector céntrico. Coloca en primer plano el trabajo abnegado de ciudadanos comunes y corrientes, al lado de gobernantes de todos los niveles y de profesionales de la ingeniería, la salud y la educación; cada uno con su perfil y su aporte histórico en esta coyuntura y en todo el proceso que continuó hasta ver el territorio ya reconstruido. Esto, sin lugar a dudas, nos permite afirmar que están las bases textuales para hacer historiografía desde todos los territorios y todos los estratos sociales y, en consecuencia, no quedarnos de manera soslayada en una historia escrita desde arriba y de manera oficial.

Maestros

Ahora que está en entredicho el papel social y político de FECODE, en justicia, es bueno reivindicar el rol de los maestros, estudiantes y directivos educativos oficiales y sindicales de todos los niveles, de las cooperativas y otras asociaciones que se vincularon a la reconstrucción, con apoyo decidido, con voces analíticas y críticas; pero siempre aportando para que nuestra sociedad maltratada pudiera seguir adelante. De parte del sector educativo, incluso hay unos apartados muy dicientes, que hablan de “Reconstrucción emocional y espiritual”, de “currículo flexible”, de “estado psico afectivo y emocional de los distintos grupos de la comunidad educativa”

No encontré pronunciamiento liberales y conservadores como partidos; pues talvez, porque estaban precisamente en el poder nacional, regional y localmente. Pero cabe sacar a la palestra los comunicados y llamados de atención que realizó el Partido Comunista en el Quindío; advirtiendo sobre algunas irregularidades y sacando la cara por los profesionales de la comarca, ante el desplazamiento de los foráneos, sin quitar este derecho ni minusvalorar el trabajo de los recién llegados.

Forec

Al principio de las noticias sobre los llamados a la solidaridad, la cordura y el orden están registradas las voces y el papel directivo del Presidente Pastrana, el Gobernador Henry Gómez Tabares y el Alcalde Álvaro Patiño Pulido; incluso está el testimonio de este último, en una larga entrevista, donde aclara las posibles desavenencias con el Señor Gobernador. Pero en el recorrido noticioso no vuelve a aparecer el papel tan importante que realizó la administración departamental en la coyuntura y en todo el proceso. Pues el tablado se lo tomo el Presidente y otros actores como el FOREC; que de ninguna manera desconocemos; pero que la justicia histórica también debe colocar en su justo puesto al Gobernador y los Alcaldes locales.

Herramienta pedagógica

Por estas páginas pasan los damnificados, la solidaridad internacional, las protestas de los camioneros, los indigentes, las iglesias, las ONGs, la importancia de los Derechos Humanos en este proceso, el papel del arte y la cultura, la discusión sobre la economía cafetera en esta etapa, la caracterización de muchos problemas y los diversos actores con sus diferentes propuestas para que nuestro territorio se recupere, se levante la infraestructura necesaria y salga avante la sociedad entera.

Bienvenido este libro que engrosa la bibliografía y la historiografía quindianas, en su mejor momento; para recordar, llenar vacíos en el conocimiento, valorar distintos aportes y servir de fuente especialísima para futuros escritores e investigadores sobre estos temas específicos y otros relacionados. Su importancia es capital, incluso como herramienta pedagógica. Pero terminamos colocándolo en el centro de las celebraciones; precisamente cuando se estuvo conmemorando un día más del periodista en Colombia.