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Armenia  |  25 enero de 2024  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

TERREMOTO 25 AÑOS/ Herencia de albergues temporales y cambuches: violencia intrafamiliar y consumo de sicoactivos

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Problemas de convivencia intrafamiliar e interpersonal fueron la constante en los albergues temporales y espontáneos (cambuches) en donde convivieron cientos de familias que perdieron sus viviendas tras el terremoto del lunes 25 de enero de 1999.

El hacinamiento en estos lugares sumado al luto, la angustia y la desolación de los sobrevivientes del terremoto fueron el detonante de conflictos.

Disputas por liderazgos, poderes por espacios y consumo de estupefacientes al igual que la reubicación en los diferentes barrios de la reconstrucción fueron generadores de los conflictos que se viven en Armenia. “Cuando uno mira lo que está pasando en Armenia, las múltiples violencias en los hogares y entornos educativos son los efectos que se presentan en los barrios posterremoto” manifestó el antropólogo profesor de la Universidad del Quindío y de la Corporación Empresarial Alexander von Humboldt Leonardo Vega

En diálogo con EL QUINDIANO el antropólogo quien fue uno de los protagonistas de la atención a los damnificados durante la emergencia, hizo un amplio análisis de la convivencia de los más de 28.000 niños, niñas, jóvenes y adultos que se vieron obligados a ocupar los albergues temporales y los llamados cambuches.

Temporalidad

Una de las primeras situaciones que se vivieron una vez ocurrida la emergencia fue el de las familias que vieron afectadas sus viviendas. Para el caso de Armenia el terremoto del 25 de enero dejó una afectación de más de 10.500 viviendas, afirma Vega.

Dice que ello generó una situación crítica sobre todo en las familias que perdieron sus viviendas de manera total. “Aproximadamente unos 7.300 hogares no tenían donde vivir”. La Red de Solidaridad Social y el Fondo Municipal de Vivienda fueron las primeras entidades que intervinieron en esos momentos.

Nace así la llamada temporalidad para suplir las necesidades de vivienda y de servicios básicos para las familias damnificadas. Fue así que se empezaron a construir los albergues temporales. “En términos conceptuales fueron albergues inducidos. Se seleccionaron lotes en algunas canchas de la ciudad para allí establecer unos campamentos y se hizo de manera ordenada, planificada con ciertas características técnicas.

Cambuchas

Hubo otro fenómeno de otras familias que lo habían perdido todo, “no podemos olvidar que la región y  particularmente el departamento y Armenia venían de una crisis económica muy fuerte cuyas condiciones de vida antes del terremoto eran bastante críticas y que con el fenómeno natural se agudizaron, muchas de estas familias vieron la oportunidad y se dieron a la tarea de ocupar algunos  lotes, fincas dentro del perímetro urbano de la ciudad de manera espontánea, ocupaciones de hecho, lo que comúnmente llamamos invasiones que se dieron a lo largo de toda la ciudad. Más conocidos como cambuches”.

Albergues en sitio

Había otros que se llamaban los albergues en sitio que era donde la familia quería obtener su lote, una solución provisional para su vivienda.

Critica

La situación que se vivió en los albergues temporales fue crítica, temas de convivencia, de violencia intrafamiliar, interpersonal se agudizaron con el compartir con familias que incluso venían de otros sectores de la ciudad. “A estos albergues temporales llegaron familias de más de 40 barrios de Armenia. Las cocinas y los baños eran de carácter comunitario y ello frente a la situación de duelo llevó a una serie de conflictos que se tejieron al interior de estos alojamientos, las relaciones interpersonales, los comentarios, las tensiones, ingresos, la pelea de mano de obra, el Quindío ya venía con un problema de empleo crítico que el terremoto acrecentó. Factores sociales, económicos, ambientales se conjugan y agudizan la complejidad de convivencia en estos alojamientos temporales”.

Desmonte

Llega el momento de la consolidación de la temporalidad cuando empiezan a llegar actores importantes en el proceso de reconstrucción como fueron las gerencias zonales. Se tuvo una primera fase de la emergencia, luego las gerencias zonales hasta el 2002 cuando se inicia la última etapa que es la del desmonte.

Se llegaron a tener en su momento 127 albergues temporales en Armenia, para el 30 de junio de 2002 cuando se estaba cerrando el proceso de temporalidad había aproximadamente 482 familias que todavía no habían podido ser reubicadas.

“Llama la atención que en el proceso de reubicación tuvieron la oportunidad familias que eran arrendatarias de obtener un subsidio de vivienda, que normalmente era para los propietarios que tenían vivienda que resultaron afectadas. Se logra gestionar el subsidio de vivienda para arrendatarios lo que favoreció la reubicación.

Una situación crítica que se presentó con el desmonte de los albergues temporales fue el de personas que no tenían hogar, sobre todo adultos mayores que no fueron objeto de derecho a subsidios porque eran personas solas. Estas personas terminaron en un lote cerca a talleres departamentales”.

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