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Cultura  |  13 marzo de 2022  |  12:40 AM |  Escrito por: Administrador web

Película recomendada: Los Iduz de marzo, política que pasa en la vida real, en Colombia, en el Quindío, en Armenia

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Dicen que el hombre nace bueno pero la sociedad lo corrompe. Los abuelos dicen que la gente es honesta hasta que le viene en gana. Esa es la base principal de esta película llamada Los Iduz de Marzo, dirigida por George Cloney, quien también la protagoniza junto a los talentosos Ryan Gosling, Paul Giamatti y su majestad, el desaparecido Philip Seymour Hoffman.

Una gran historia que se estrenó en el año 2011 y que con el paso de los años se ha convertido en todo un clásico del cine político, quedándose corta en comparación con la realidad actual, hablo de cualquier realidad, incluso la colombiana y obvio la del Quindío.

¿Y qué campaña política o trabajo relacionado a ese mundo del poder no tiene entre sus gajes del oficio lidiar con la traición, la ambición, o la intriga como algo normalizado? Creo que no se salva nadie. 

Y es que quien haya trabajado antes o trabaje actualmente en cualquier campo relacionado con la política, llámese campaña electoral o entidad del Estado, yendo desde el gran jefe hasta el contratista básico al que lo pusieron a hacerle campaña al canditato de algún alcalde, y luego ve la película, Los Idus de Marzo, se dará cuenta que el director George Cloney no se tuvo que esforzar mucho en encontrar ese toque original y realista que tiene la historia.

Sinopsis: 
Stephen Meyers  es un joven e idealista asesor de campañas políticas al servicio del gobernador demócrata de Pensilvania Mike Morris. Stephen afrontará el mayor desafío de su carrera profesional al tratar de conseguir que Morris sea elegido por el Partido Demócrata de los Estados Unidos para enfrentarse al candidato republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2004.

Meyers es el principal asistente del director de la campaña, Paul Zara. Para conseguir un triunfo crucial del precandidato Morris en el Estado de Ohio en las elecciones primarias, deben obtener el apoyo de un Senador corrupto y muy influyente. Meyers es tentado por Tom Duffy, el jefe de la campaña del otro precandidato demócrata, el cual le ofrece un puesto de importancia en filas contrarias, pero este se niega.

Meyers se verá involucrado en el mundo de la política, pleno de traiciones, cruel y mentiroso, en el que nada es lo que parece; sus ideales tratarán de permanecer por encima de la corrupción, sin conseguirlo. Un dramático dilema entre ética y política que en el film parecen incompatibles

Podrá entender uno con ese corto resumen que la avaricia rompe el saco  o que el pez grande se come al chico a veces, pero cuando el chico pela los dientes todo puede cambiar y en política mucho más. Entonces se comprende que las promesas de los políticos son algo más que mentiras comunes de nunca acabar.

Se da por sentado que sus discursos son solo herramientas útiles para llevarse el botín de nuestras manos y que es mejor deber plata, si se puede mucha, que deber favores, sobre todo si esos consisten en guardar secretos que pueden arruinar la llegada a la cima del mundo.

¿Y cómo un hombre bueno, joven, con ideales de cambiar la sociedad se pudo volver dentro de esta película en alguien maquiavélico y terminar convertido en lo que tanto odiaba de los otros personajes que estaban a su lado?.

Respuesta fácil. Porque la razón que lo guiaba en su camino era la ambición, y el detonante de esa metamorfosis fue haber sido pisoteado y creerse quienes lo hicieron, que se podían salir con la suya en el fangoso camino hacia el poder.

Los secretos tienen un precio para seguir guardados y no es nada personal, son solo negocios, es la política cambiante y dinámica. Es la democracia.

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