Una boda es un acto de amor, sin duda, con invitados y fiesta, en la mayoría de las veces. El sacerdote o el notario de turno realizan los protocolos, hasta que el novio besa a la novia. Y todos se ven felices, aunque se notan algunas lágrimas en las madres de los desposados.

Y luego vienen los abrazos y besos a los nuevos esposos, las viandas, los vinos, el brindis con champán, y muchas fotos. Y casi de último, el sorteo del ramo de la novia entre las solteras. De este tipo de fiestas sale el próximo matrimonio, cuando una de las solteras se gana el ramo y, prácticamente queda comprometida.

Todo este ritual del ramo, donde la novia se ubica de espaldas a las solteras que la acompañan, cuenta hasta tres, y ‘tira’ el ramo a ver a quién le cae, ha sido un acto de suspenso y emoción. Incluso, las solteras se pelean por atrapar el ramo para que la que lo logre pueda asegurar su matrimonio.

Sin embargo, en los tiempos modernos no parece ser así. En esta boda a la que asistimos, sucedió todo lo contrario. Vean el vídeo del ritual del ramo y la actitud de las solteras…