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Cultura  |  29 agosto de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Otro cuento de la tía Clara: 𝙻𝙾𝚂 𝙼𝙴𝙻𝙻𝙸𝚉𝙾𝚂 𝙹𝙰𝚁𝙰𝙼𝙸𝙻𝙻𝙾 𝙳𝙴 𝙼𝙰𝙽𝙸𝚉𝙰𝙻𝙴𝚂.

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No tenía tetas todavía, ni sabía cocinar cuando llegué a Manizales ––me dijo la tía Clara mientras servía un aguardiente amarillo–– me quedé soltera en aquella época y me llamaban despectivamente QUEDADA o Solterona.

El matrimonio y la reproducción era el único destino posible para las mujeres, pero a mí me gustaba escribir. Eso no le gustó al Padre Ocampo y yo le pregunte:

––¿Si el matrimonio es tan bueno, porque ustedes los curas no se casan?

––Tampoco le gustó la pregunta y me puso de ejemplo a mi amiguita Fecunda que se casó a los 13 con un Heliodoro Jaramillo de Abejorral y fue tanta la prisa que se dieron en tener hijos para el cielo y peones para la finca que cuando cumplió escasos 26 años, Fecunda Barriga de Jaramillo ya tenía 23.

––¿23 hijos? ¿No estará exagerando un poco tía?

––Es que venían de a dos. Menos mal que tenía también dos tetas grandes para alimentar los nenés mientras les salían los dientes para poder morder la arepa. Pero la dejaban escurrida y eso que se comía una gallina diaria durante los cuarenta días de la dieta.

––¿Una gallina diaria tía? ¿Y a eso le llama usted DIETA?

––No sea empalagoso sobrino. Así eran las épocas y además tapaban las rendijas de la alcoba para que no entrara luz, ni aire que eran dañinisimos para la recién parida. El olorcito ya se lo puede imaginar.

La crianza de los 23 salió barata. Los niños no usaban zapatos, la ropa la remendaban y después la heredaban. Las niñas mayorcitas cuidaban a los niños (era un entrenamiento). No había que darles estudio y no existía la ortodoncia que es carísima.

Cada niño trae su pan bajo el brazo, decía Heliodoro el papá, pero pensaba era en que trajera EL BRAZO para su primer trabajito que era cargar la comida hasta el cafetal. Eso lo llamaban GARITIAR.

Fecunda que era muy católica bautizó sus dos primeras mellizas María e Isabel en honor de la Virgen y su prima. Pero a María la llamaron María Belén para que no la confundieran con María Magdalena de dudosa reputación porque le lavó los pies al señor y quien sabe que más le lavaría.

Al año siguiente nacieron dos niños a los que bautizó Juan Bautista Jaramillo que fue poeta y José Jaramillo que fue político. Qué destinos tan opuestos para unos mellizos.

Después se vinieron por parejas los doce apóstoles Pedro y Pablo, Tomas y Mateo, Santiago y Felipe hasta llegar a Judas. Judas Tadeo le pusieron para evitar confusiones con Judas Iscariote el traidor de Cristo, quien luego fue gerente de la federación de cafeteros. No el traidor, sino el hijo de Fecunda.

Estaba ruñendo Fecunda el ultimo huesito de la gallina numero cuarenta cuando entró don Heliodoro con su escopeta de dos cañones y la preñó con los dos reyes magos: Gaspar y Baltazar Jaramillo. No hubo Melchor ¿Un JARAMILLO con nombre de negro? No señor, así fuera mago y así fuera rey.

Los negros no gustaban en Manizales. Cuando el cura hacia el pesebre en vivo en la iglesia, el puesto de Melchor siempre quedaba bacante

Doña Fecunda agotó los nombres de los santos y siguió con los Ángeles: Ángel Jaramillo que fue médico y Arcángel Jaramillo que fue enfermo. Al año siguiente parió un Querubín que se fue de cura y un Serafín que no sirvió para nada. En todas esas familias numerosas siempre había un vago, un cura, un marica y una puta.

Al año siguiente nació por fin Jesús, el único hijo que no tuvo mellizo porque Jesús es dios y es solo uno y no tiene igual ninguno.

––Ahí están sobrino, los 23 Jaramillos ––Dijo mi tía y se sirvió otro amarillo.

––Yo tengo un amigo Jaramillo ––le dije a mi tía––Se llama Diego Jaramillo es filósofo y poeta.

––De cuales Jaramillo será? ¿Diga a ver por donde tienen la finca?

––No tienen finca, tía.

––Aaaaaaaaah. ––dijo arrastrando la vocal con decepción–– esos son Jaramillos chiviaos, hijos naturales de Heliodoro.

Tuvo muchos porque andaba más que un perro con tres güevas y le gustaba PONER EN EL MONTE. Con decirle que una vez pasó por una finca en el páramo y salió un muchachito a pedirle un centavito para un dulce.

––¿Usted es hijo de quién? ––le pregunto el viejo montado en su caballo.

––De don Heliodoro Jaramillo ––contestó orgulloso el mocoso.

––Eso por callado se sabe. ––replicó el patriarca–– Yo quiero saber es quién es su mamá.

Conclusion Final:

Cuando Heliodoro murió, Fecunda pensó que si lo metían entero en una tumba, era capaz de levantarse y largarse pa Pereira a culiar, entonces lo hizo cremar.

Pero no había dinero para ir a botar las cenizas al mar. Entonces Fecunda tuvo su único gesto de rebeldía en la vida. No llamó al cura, sino que reunió a los hijos en sencilla ceremonia en el baño de la casa y echó las cenizas por el inodoro: ¡Al mar van a dar, tarde o temprano! Disque dijo, mientras se enjugaba una lagrima y bajaba la palanca.

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