Atlético de Madrid le ganó 2-1 al Valladolid y se coronó campeón de La Liga de España tras el sufrimiento de los últimos meses en que la ventaja que les había sacado a Real Madrid y Barcelona se fue haciendo cada vez más corta.

El Cholo Simeone se ríe y corre como un chico junto a cada uno de sus jugadores, los abraza, les agradece, bromea con ellos; vuela por el aire provocando que su esposa Carla Pereyra, en la tribuna, grite divertida que por favor "no lo lesionen".

Todo es alegría, y Luis Suárez es otro de los que parece tener la sonrisa dibujada, y grita con esa garra tan uruguaya y tan única.

El "Killer" llegó al Atlético prácticamente descartado por el Barcelona, luego de quedar eliminado en el 2020 de la Champions en aquella goleada histórica 2-8 contra el Bayern Munich.

El uruguayo de 34 años, respondió como lo hacen los cracks a los que se les toca el orgullo. Metió 21 goles en 32 partidos, más que los que hicieron juntos Griezmann y Dembelé, sus reemplazos en el equipo culé.

"Me menospreciaron", dijo sin ocultar su bronca, ya consagrado como campeón en el que es el 21 título de su carrera futbolística, el primero con el Atlético de Madrid. Los anteriores, con Nacional de Uruguay, Ajax, Liverpool, Barcelona y la Selección Uruguaya.

Luego agradeció el apoyo de sus seres queridos, y allí incluyó a Lionel Messi, su viejo socio en el ataque del Barça.

Tantos sentimientos encontrados terminaron sacudiéndolo al goleador. Mientras el Cholo hablaba con la televisión y destacaba el aporte que el delantero le había dado al equipo, el uruguayo regaló una postal que dio la vuelta al mundo, una escena muy típica del deporte de este tiempo, sin hinchas en las canchas y con la virtualidad como alternativa.

Con los jugadores del Atlético desparramados sobre la cancha con sus celulares, Luis apareció en imagen llorando desconsoladamente, tomándose la cabeza y frotándose los ojos, con la congoja propia de quien ha llegado al límite de lo emocional.

Ese gesto sirvió para definir lo que fue esta temporada para Suárez, en un año difícil en todo sentido, lejos de los afectos de su Uruguay amado, como consecuencia de la pandemia. Eran las lágrimas del campeón.

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