Un joven de 22 años, Tadej Pogacar, y un treintañero, Primoz Roglic, pusieron en lo mas alto a Eslovenia en el firmamento del ciclismo. Sus respectivas victorias en el Tour y Vuelta les convirtieron en grandes protagonistas de un año loco, incierto, como consecuencia de la pandemia del Coronavirus, que marcó la vida social y deportiva en 2020.

Entre la crema del pelotón, el número uno se lo ha llevado Roglic. Ha terminado en la cúspide de la clasificación mundial de la UCI y ha sido elegido Bicicleta de Oro por los expertos en la materia. El doble ganador de la Vuelta ha brillado con luz propia.

Se le escapó el Tour a Roglic el último día, cuando ya guardaba el botín en el bolsillo, pero completó una magnifica temporada con la Vuelta, que rubricó con 4 triunfos de etapa y maillot verde por puntos, la Lieja Bastoña, Tour de L´Aine y el título nacional en ruta. Su dominio y regularidad le permitieron terminar como número uno del pelotón.

Pogacar se consagró en el Tour con un debut a todo lujo. Con 21 años, en su segunda temporada profesional, escaló a la cima del podio de París. Lo consiguió a la heroica, después de batir a Roglic en una histórica contrarreloj la víspera del final. Además ganó 3 etapas y fue rey de la montaña. En la historia entró como segundo corredor más joven del Tour, solo superado por Henri Cornet, vencedor en 1904 con 19 años.

Gloria para Eslovenia, pequeño país de 2 millones de habitantes que vive momentos de protagonismo deportivo. Dos ciclistas se suman a otras dos grandes figuras mundiales, el jugador de baloncesto NBA Luka Doncic y el portero del Atlético de Madrid Jan Oblak.