Igual que en los últimos cuatro meses dejó en el correo electrónico de sus estudiantes los documentos y guías de las clases virtuales, antes de salir a la reunión con la compañera de trabajo para preparar el siguiente taller. Idearon la pandemia como tema transversal para desarrollar sus clases como ensayo para aprender sobre el trabajo interdisciplinario.

Carlos opinó que la interdisciplinariedad se aprende sobre la práctica, por ello es acertada la idea de ensayar el diseño de talleres académicos con integración de temas y problemas prácticos alrededor de la pandemia. Al aceptar el reto, Sofía propuso preguntas para que los estudiantes registraran experiencias significativas y las socializaran entre ellos, de tal manera que alrededor de la pandemia conocieran la historia de las construcciones o los costos de un proyecto vial.

Retos por iniciativa personal, expuso Carlos, falta que las autoridades apoyen nuestro esfuerzo, lo contrario se vendrán las manifestaciones. La adecuada financiación para cubrir el déficit acumulado, garantizar la vida con el regreso a las aulas y apoyar la matricula cero para estudiantes pobres son ejemplo de exigencias que deseamos y no se pueden dejar al margen. ¿No cree? Claro que sí, respondió Sofía. Aquellas cosas que deseamos son las que nos transforman, lo cruel es que no siempre podemos asegurar que hay detrás de aquellas transformaciones. Lo mejor es pasar del deseo a los hechos.

Como pasó en mayo de 1968, reflexionó Sofía, que la protesta por un nuevo sistema universitario francés explotó en las calles durante seis días, a la cual se unieron obreros e intelectuales por un mundo más justo, menos desempleo y apoyo a las pequeñas empresas y campesinos. No solo el presidente renunció, en varios días la educación se volvió mixta, autónoma, democrática y abierta para todos los franceses.

Carlos opinó que la crisis educativa, sufrida con de la cuarentena, será motivo de las manifestaciones futuras unidas a las de Fecode. El gobierno lo sabe pero no prevé las consecuencias, prefiere esperar que las manifestaciones ocurran para actuar en aras de la “democracia”, palabra deshonrada y sin significado real para estudiantes y demás colombianos discriminados. Creo que ni los tapabocas lograrán callar los gritos por una universidad pública de calidad.

Con los tapabocas los gritos cederán la palabra a los mensajes de los carteles, expresó Sofía. Con seguridad muchos mensajes estarán vetados por aquellos que no gustan de la protesta, menos de las manifestaciones. Pero entiendo que resulta difícil crear una sociedad libre donde nadie diga cosas que no gusten a otros. Si la manifestación con tapabocas limita la voz inconforme, los estudiantes harán carteles y sus mensajes gritarán por ellos. El asunto puede ser la violencia estatal contra la palabra escrita.

Carlos concluyó que Noam Chomsy citó a David Hume quién afirmó que el gobierno se basa en controlar la opinión pública. “Cuanto más libre y popular es un gobierno, resulta necesario controlar la opinión para garantizar el sometimiento a los gobernados. La población solo puede ser espectadora, pero nunca participante”.