El tapabocas es una medida preventiva para evitar el contagio, dijo Sofía, pero también una estrategia con la cuarentena para justificar las medidas restrictivas contra los gritos de protestas que vendrán con las próximas manifestaciones. ¿Cuáles manifestaciones?, preguntó Carlos, compañero de trabajo en la universidad. Por ahora serán virtuales, respondió Sofía, Fecode realizó el paro los días 12 y 13 de agosto para protestar por el incumplimiento de los acuerdos pactados en mayo de 2019. Para defender la vida de líderes y la paz, para exigir mejor salud y educación digna.

La educación virtual sin recursos y medios no será posible, expresó Carlos. Varios de mis estudiantes sin computador o sin internet no participan de las clases y otros no tienen para la matrícula. Estudiantes sin recursos y padres de familia sin ingresos será un problema inmediato a resolver. Con razón los estudiantes piden la matricula cero.

Sofía opinó que a la matricula cero era necesario agregarle el problema de regresar a las clases presenciales. ¿Están adecuados los salones, laboratorios, auditorios y otros espacios como edificios, bibliotecas, pasillos, canchas o sanitarios?, ¿en qué tiempo y con qué recursos se harán las obras requeridas? No creo que las autoridades gubernamentales piensen en la salud y vida sana de estudiantes y profesores.

Nos obligarán a preparar protestas virtuales, recalcó Carlos, a los asuntos dichos hay que sumarle el problema de la deserción porque casi la mitad de mis estudiantes ya no concurren a las sesiones virtuales. Se cuales no tienen computador, pero desconozco porque otros desertaron; así llegarán pocos estudiantes a fin de año.

Sofía comentó que con sus estudiantes pasaba igual, que si el gobierno no prestaba atención al problema de la deserción el proyecto de una Colombia educada se vendría abajo. Varias universidades públicas ya hicieron efectiva la matricula cero con sus propios recursos, incluso gobernadores y alcaldes participaron, pero falta mayor liderazgo del gobierno nacional para impedir la desfinanciación histórica de la U, acrecentada con la epidemia. Considero que es hora de aumentar los recursos financieros para no mantener el abandono que nos ahogó con el coronavirus.

Carlos dijo que con razón otros profesores hablaron del abandono estatal, que lo discutieron en la pasada asamblea virtual, donde concluyeron en la necesidad las protestas, como medio de expresión. Mi padre, jubilado universitario, le tocó también protestar por lo mismo y se dolía del país. Lo escribió Enrique Santos en el epilogo de su libro El país que me tocó:

“Frente a la Colombia actual me invade cierta sensación de fracaso; de no haber sido capaces de dejarles a los que nos siguen un país más pacífico y equitativo, pese a todas nuestras prédicas sobre fraternidad y justicia social”.

Hay que cambiar la educación para transformar el país, remató Sofía, dejémonos acompañar de Nicanor Parra, poeta y maestro chileno, que dice en Manifiesto “…Nosotros repudiamos/La poesía de gafas obscuras/La poesía de capa y espada/La poesía de sombrero alón./ Propiciamos en cambio/La poesía a ojo desnudo/La poesía a pecho descubierto/La poesía a cabeza desnuda”