Vía: El Universal (Cartagena)

Desde que se armó este nuevo Real Cartagena se habló de título, de hacer un equipo temible en Cartagena, que metiera miedo en casa y, además, sacara valiosos puntos de visitante, por eso la Promotora, nueva administración, dio todas las herramientas, con buenas contrataciones que generaron mucha expectativa en la hinchada.

Entonces, Real estaba en la obligación de hacerse notar con su buen juego, ese que debía estar acompañado de buenos resultados. Y Quindío, rival directo, era hoy el examen perfecto en el Jaime Morón León, al que asistieron unas 8 mil personas con el deseo de ver ganar al equipo de casa.

En las tribunas se vivía toda una fiesta, pues el público entendía de la necesidad de un buen resultado ante uno de los llamados grandes del Torneo de la Primera B. Era ganar sí o sí para meterse a la afición en el bolsillo, ganándole a un rival de peso y en los primeros lugares.

El equipo de Richard Parra, que venía de dos triunfos consecutivos (2-0 ante Tigres y 3-0 frente a Atlético), tenía ilusionado a miles de hinchas en La Heroica y por eso salió a darlo todo en la cancha.

Esta vez fue diferente. Real tuvo una gran actitud desde el inicio del juego, salió a superar a su rival, basado en la tenencia de balón y el fútbol bien elaborado y jugados los primeros 30 minutos mostró su mejor accionar en lo que va del año.

Atrás había quedado la pálida presentación en el empate ante Orsomarso en casa o el triunfo, no tan claro, frente a Tigres en en el Jaime Morón. El grito de Real, Real, Real se hizo sentir a los 40 minutos cuando Édwin Aguilar cedió el balón para Jhony Cano y este con potente remate de pierna izquierda mandó el balón a dormir al arco contrario.

Didier Pino, por Quindío, y Jhony Cano, por Real, vieron la roja, a los 44 minutos, tras un conato de bronca por una falta que le hicieron a Édwin Aguilar.

A los 50, Real se descuidó en marca y uno que recientemente vistiera la camiseta auriverde, Roy Castillo, marcó la paridad, con lo que el estadio se silenció.

Pero a los 66, Aguilar cedió claro el balón para Robert Harris, quien encaró y definió de buena forma con pierna izquierda para el 2 por 1. Golazo y la afición lo celebró a rabiar.

Y ese gol, por casi se convierte en una tragedia, pues en la celebración media placa de las tribunas de sombra se cayó, generando el pánico en la hinchada, en un mensaje de alerta para que el Distrito, ente que administra el escenario, actúe rápidamente para evitar lamentar a futuro un episodio desagradable.

En la cancha, Real dio lo mejor, en una gran presentación en casa, que ratificó por qué es uno de los candidatos a lograr el ascenso.

Fue una buena victoria, con la que se llegó a 11 puntos y se siguió en la parte alta de la tabla. Se sigue avanzando, esta vez con buen fútbol y goles. Eso enamora a una hinchada que quiere festejar este año el regreso a la Primera A.