• MARTES,  23 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  04 octubre de 2017  |  12:00 AM |  Escrito por: Oriana Giraldo

Las tres caras de los servidores públicos

0 Comentarios


Oriana Giraldo

Hay toda una discusión en torno a quiénes son los servidores públicos y los funcionarios públicos, sobre todo, por los tipos de contratación que se llevan a cabo en la rama ejecutiva; no obstante, esta cuestión no es el objeto de este artículo y me referiré a las personas que trabajamos en dicho sector como servidores públicos, porque es la definición mas genérica y la que engloba los distintos tipos de contratación.

El Artículo 123 de la Constitución establece que los Servidores Públicos son aquéllos que están al servicio de la comunidad y ejercerán sus funciones en la forma prevista por la Constitución, la Ley y el reglamento.

El Estado, con el fin de llevar a cabo sus funciones, requiere la vinculación de personas y para ello establece distintos tipos de contratación con esto me refiero, exclusivamente, a personas naturales, pero los tipos de contratación con los que me he topado en mis siete años de experiencia en la rama ejecutiva son, sobre todo: carrera administrativa, planta provisional, libre nombramiento y remoción, y contrato por prestación de servicios.

Sin embargo, yo me atrevería a clasificar a los funcionarios, por lo menos a los que he conocido en mis siete años de experiencia en el sector público, así:

Los mediocres: estas personas generalmente llegan al sector público por dos razones; la primera es porque se presentaron a un proceso de selección de empleo de carrera por concurso de méritos; y la segunda, porque tienen un padrino político poderoso. Los casos que conozco son varios y son personas a las que han intentando asignarles distintas funciones, pero no desempeñan bien ninguna. Por ejemplo, recuerdo el caso de una persona a la que le asignaron tareas de archivo, pero como no fue posible que las realizara bien ni completas, intentaron que se encargara de hacer un inventario y tampoco lo logró; sin exagerar, trabajé ahí dos años y esta persona alcanzó a cambiar por ahí unas cinco veces de funciones. Adicionalmente, a los mediocres se les nota la pereza todos los días en la mañana, cada vez que les asignan una tarea o cuando tengan que hacer un esfuerzo adicional que les implique pensar.

Sería fácil culpar al jefe inmediato por no despedir a estas personas, sin embargo, no hay nada más difícil que sacar a una persona que se haya vinculado por carrera administrativa (por malo que sea) y/o si esta persona está ahí gracias a un padrino; el jefe tiene muy poca incidencia en la permanencia de esta persona. Si el lector se está preguntando, cómo esta gente gana esos concursos, le juro que yo me hago igual pregunta todos los días de mi vida cuando los veo.

Los que no trascienden: este tipo de servidor público es al que le asignan unas tareas y las cumple. No es el más perezoso, pero tampoco el más animado para trabajar; nunca se les ocurre proponer nada y tampoco parece que tuvieran dentro de sus metas ascender de alguna forma. Sin embargo, esta gente a veces asciende y esto pasa porque se suben al bus de las cosas grandes que logran otros; además, si usted los compara con los mediocres, alcanza a pensar que hacen las cosas bien y, lastimosamente, en el sector público, esas personas muchas veces son el punto de referencia. Los que no trascienden están ahí, como servidores públicos, porque llegaron por cualquiera de los tipos de contratación; algunos tienen padrino político, algunos no, pero si un jefe contrasta su trabajo con el del mediocre, pues lo prefiere y, probablemente, ahí van a estar por mucho tiempo más.

Lo que pasa con estas personas es que no nos damos cuenta cuándo llegaron y cuándo se fueron, no obstante, los jefes, muchas veces, se plantean la situación socioeconómica de sus subordinados y es unos de los factores que tienen en cuenta a la hora de decidir sobre la continuidad de las personas.

Los flamantes: obviamente, éstos son mis favoritos y son los que he admirado en silencio desde que empecé con mi trabajo como servidora pública. Son gente que se sueña trabajando toda la vida por el país, gente que no llegó al sector público por casualidad ni porque no hubiera más opciones; gente que no necesita un padrino político, gente con la que quisiera trabajar siempre, gente flamante porque alcanza a irradiar todo el país. No le voy a decir que el sector público está lleno de personas flamantes, pero sí conozco varias.

 

 

 

 

 

PUBLICIDAD


Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net