
Iván Restrepo
No sé ni a cuenta de qué voy a referirme a este tema que a continuación les relato y que, les confieso, ha estado conmigo por muchos años. Haber trabajado toda la vida en Hoteles de alta categoría me enseñaron a vivir y lidiar con aquellos a los que por acá llamamos “lagartos”. Quizás uno de los más famosos en nuestro medio es Luis Valencia Soto quien, por cuenta y gracia de su “lagartería”, fue protagonista de primer orden en la toma de la embajada de la Republica Dominicana en Bogotá ese miércoles 27 de febrero de 1980, o sea ya casi 44 años.
El término “Lagarto” se le aplica a ese personaje que se cuela en eventos sociales, saluda a todo el mundo y es hasta capaz de, por ejemplo, recorrer el gran salón del centro de convenciones capitalino para saludar a un personaje que él considera importante. Cierta noche, cuando me desempeñaba como Gerente Nocturno del Hotel Bogotá Hilton, --no el de ahora sino el que quedaba en la calle 32 con carrera 7ª.— a eso de las 12 de la noche aproximadamente recibí el llamado de uno de los organizadores de un coctel corporativo que allí se desarrollaba y donde departían más de 200 invitados entre presidentes de grandes firmas, diplomáticos y otros, todos miembros de la alta alcurnia bogotana, para ponerme al tanto que había un “colado” que nada tenía que ver con el evento. Solicité a los guardias del Hotel que acompañaran al personaje de Marras hasta mi oficina para ver qué íbamos a hacer con él.
¡Oh sorpresa! Llegan con un señor entrado en sus 50´s con un aspecto bonachón y ampliamente simpático que me saludó amablemente, no aparentaba temor alguno por lo cual pude deducir que el ser “lagarto” profesional lo llevaba haciendo hacia un buen tiempo. Sentado en mi oficina y con el deber de llenar el reporte del suceso en medio de la conversación, esto me dijo:
- “Doctor, perdón ¿Cuál es su nombre?,
Le respondí: “Iván Restrepo y soy el Gerente Nocturno del Hotel”, a lo que me respondió:
“Encantado Doctor, usted sabrá disculparme pero es que esto de yo asistir a los cocteles se ha convertido en modo de vida para mí, le voy a explicar como actúo: Normalmente durante las horas de la tarde me doy una vuelta por todos los hoteles de Bogotá que llevan a cabo eventos de este tipo: Hotel Tequendama, Hotel Bacatá, Hotel Dann, este, el Hilton y otros mas de la zona; tomo nota de las carteleras de los eventos del día, la hora, el salón, el nombre del evento; con esta información me siento en una cafetería a elegir a cuál voy a asistir en la noche; normalmente escojo el mas rimbombante, el que está en inglés u otro idioma por que es en estos en donde reparten licores de alta gama: Whiskey, Champaña, Vinos y otros por el estilo; ¡Ah¡ y de los pasabocas o canapés, me gustan estos cocteles en donde los pinchos de langostinos, camarones y similares no pueden faltar; con decirle que una vez hasta Langosta pude probar, y yo que creía que iba a irme de este mundo sin probar este manjar.
Como me puede ver, este vestido que llevo puesto se nota brillante mayormente en las posaderas por el trajín de todos los días, allí en la piecita en donde vivo, cuelga de una percha otro no negro como este, ese es café, pero eso si también brillante como este que usted Doctor me ve puesto, Mandé a timbrar unas tarjetas similares a una de las tantas que he recogido en mi nocturno trasegar, con nombre ficticio y un titulo en inglés, mire mi tarjeta”
El señor seguidamente me extiende una tarjeta con la siguiente inscripción en ella:
Roberto Uncía,
Chief Executive Officer (CEO)
THE BULLRICH GROUP SAS”
La conversación siguió, yo me mordía el interior de uno de mis cachetes para no reírme con todo lo que oía. De verdad me pareció un tipo super simpático. Al rato me disparó lo que yo esperaba: “Doctor y que va a hacer conmigo? Llamé al guardia de seguridad para que lo acompañara hasta la puerta del hotel, caminara con él hasta la calle 31 y lo dejara irse tranquilo hasta su casa.
Para terminar (por lo menos hoy), con este tema de los colados o lagartos, por favor tengan en cuenta y analicen en sus fiestas sociales, mayormente en las bodas ya que en estas es donde más fácil pueden mimetizarse; es que cuando uno ve a alguien que no conoce, la deducción inmediata es: ¡Ah este es del otro bando”!
Hasta la próxima,
ivanres49hotmail.com
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