En 1948 se desató La Violencia en nuestro país. Los partidos políticos desataron una guerra que cubrió de sangre el territorio de nuestra nación. El cuento que a continuación se presenta está inspirado en hechos reales que no debemos olvidar.

Cuando el Padre Ramón llegó a la esquina las gentes se hacían a un lado, para dejarlo pasar, pero lo miraban con recelo.

El Padre siguió su rumbo hacia la casa cural, sin hacer caso de las burlas y los insultos que proferían. Sin embargo, apretó el paso cuando empezó a sentir las piedras que le arrojaban por la espalda.

La gente enardecida lo persiguió, armada de machetes. El Padre logró cruzar el portón y mientras recorrió el zaguán empedrado sintió el primer disparo que le perforó la sotana y un pulmón.

Siguieron más disparos mientras el Padre corría por los corredores, hacia el patio. Como pudo, casi de rodillas, llegó hasta el árbol de mango que él mismo había sembrado y se desfalleció.

Allí quedó muerto, medio cubierto por la sotana negra que dejaba ver el impecable pantalón gris y los calcetines blancos, abrazado al árbol. mango que tantos frutos le dio a lo largo de los años.