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Cultura  |  13 mayo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

La galería de armenia, una historia a prueba de demoliciones. Octava entrega

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Consideraciones complementarias

Para un conglomerado comercial, con incidencia social definida, existen aspectos testimoniales, que contribuyen a fortalecer, con soportes reales, las indiscutibles virtudes de este emblemático lugar, que bien servirán al abordar el período post - terremoto.

Tampoco se pretende, con estos aportes, afirmar que era una sucursal del Tíbet, todo divinizado; de hecho, en esa década aún persistía la violencia partidista con coletazos urbanos, pero la mecánica del despojo, no era aplicable a las de otros delitos menores, carteristas expertos en cosquilleo, sin la pesadumbre que hoy generan atracos y homicidios para sustraer un celular o arrebatar una cartera y con ella la vida de la víctima.

En el rubro de los personajes endémicos, he preferido esperar hasta el final de estas entregas, para priorizar lo más sensible, que sea soporte del implacable juicio de la historia, contando, con la anuencia del director de E.Q. para concluir esta tarea, antes que no me sea posible seguir con estos escritos. A despecho de los pigmeos mentales, yo no sufro del síndrome del telegrafista, en lo pertinente a la extensión de los trabajos periodísticos.

Como aditivo práctico, referir que al interior de la plaza., se conformaron equipos de futbol para jugar torneos los días martes, cuando cerraba la galería. Los graneros, las carnicerías, Tax Páramo, Tax Nogal; aquí participaban jugadores de renombre regional y nacional, vinculados a los diferentes pabellones, sin piratería.

En este orden de ideas, fueron muchos los matrimonios entre empleados de las diferentes manzanas, dado que era normal que los trabajadores lo hicieran en distintos negocios, no necesariamente por inconvenientes o insatisfacciones patronales. Era una prerrogativa conocer más almacenes para cambiar rutinas. Se mantenía oficiosamente una relación cordial, que muchas veces generaba el regreso a los lugares iniciales. Solo en la Granja se dieron cinco bodas entre parejas que se mantenían estables, así se hubieran registrado cambios de patronos.

La estructura y su entorno, en los cafés existían billares, porque eran un pasatiempo para los trabajadores los días sábados, domingos y festivos. Por referencia obligada, también en esos establecimientos, aparecía la mano del Taita, supremo comendador, por aquel entonces, de los juegos de suerte y azar, lúdicas paralelas a los billares.

La solidaridad de los propietarios de negocios del exterior e interior de la plaza, rebasa todo concepto comparativo con esta realidad astrosa. Lo mencionamos atrás, que en la galería no existían ricos, solo personas trabajadoras, sensibles y creativas. también vendedores ambulantes, con comercio de cigarrillos, lotería y otros artículos, en constante deambular por todo el sector, todos se proveían del producto en los diferentes expendios; no existían los pordioseros, nadie mendigaba la caridad pública; los ocasionales amigos de un toque anímico, solo consumían marihuana, sin cesar en sus actividades productivas. Los negocios de víveres y abarrotes, además de las matrices con agentes viajeros, viajaban al Huila a comprar fríjol, a Saldaña y al Tolima, a adquirir arroz, a San Félix en busca de la variedad de papa, a Leticia, pescado seco... el ganado se traía de La Dorada, Valle del Cauca y otros destinos. Los víveres se repartían sin asomo de ventajas; eran de constante suceso, los canjes de cheques para cubrir los costos de los productos y artículos. La palabra seguía siendo una escritura y la solidaridad una constante... así operaban los expendedores para cumplir en la cadena interminable de toda diligencia comercial en esas épocas.

Este segmento económico, por sus connotaciones, no era ajeno a la participación en política, sin sumarse a la dinámica partidista de grupos y caciques, dado que siendo la actividad proselitista una modalidad de poder, para un grupo humano de estas características, el apoyo administrativo era conveniente, sin renunciar al espíritu cooperativo de los propietarios.

En el pabellón de verduras, la señora Betsabé Bernal de Barrios, desempeñaba actividades como concejal liberal. Hernando Toquica, concejal galanista, Efraím Castro, concejal y diputado liberal, Leopoldo Zuluaga, filiación conservadora, al igual que Luis Zuluaga, quien hasta hace poco desempeño la comandancia del cuerpo de bomberos voluntarios. Igual, Darío Leyva, concejal y diputado liberal. Algunos comerciantes, sumaban otras actividades de ingreso complementarios como la compra - venta de vehículos particulares, de eventos muy ocasionales, al igual que los ya referidos periplos por los lugares de la geografía patria donde la producción de víveres, era muy beneficiosa para los mayoristas.

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