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Columnistas  |  29 marzo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: James Marulanda Quintero

Calarcá, pueblo de figuras históricas

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James Marulanda Quintero

Lic. James Marulanda Quintero

En mi pueblo y en cualquier otro se tejen historias en el trasegar diario de un lugar que a través del tiempo ha albergado personajes que de alguna u otra forma han dejado su impronta y perduran en el recuerdo de quienes nacimos en esta bella comarca del planeta.

Muchos de ellos se evocan con respeto como el caso del poeta Baudilio Montoya, que fue traído de Rionegro de niño y que a través de su vida le dio prestigio a la “Villa del cacique”. Sus poemas “Lotos”, “La niña de Puerto Espejo”, ”Canciones al viento”, ”cenizas”, “Niebla”  y muchos son verdaderas obras nacidas de su innata inspiración.

Luis Vidales, poeta nacido en 1900 y muerto en Bogotá en 1990, rompió esquemas de la literatura colombiana apuntando hacia sus ideas de avanzada política.

En el imaginario colectivo caben figuras del periodismo como el caso de Álvaro Ángel Toro, ”Camello” (por su estatura), quien  con vocación desmedida colaboraba asiduamente en los noticieros que se emitían en Radio Reloj Del Quindío. Lo recuerdo en el programa “Carrusel de madrugada”, que hacíamos en las horas de la mañana cuyo director era el periodista Aldemar Rojas Martínez, cuando emitía sus informes de manera detallada de los aconteceres sucedidos el dia anterior. Cuando a las 5 de la mañana sonaba el teléfono en el estudio, ya sabíamos que era “Camello “ quien de manera acelerada nos enteraba de cuanto había ocurrido en las calles calarqueñas . Su estilo era muy particular y propio de quien desinteresadamente comentaba los aconteceres del pueblo.

Asociadas al surgimiento de la vida económica de La Calarcá de los finales del siglo XX quedan en la memoria la presencia de don Arturo Palacio Jaramillo, Martiniano Montoya, Pompilio Palacio, los ricos y representantes del carrielismo del pueblo; Lucelly García de Montoya ,”la Negra”, como la llamaba don Martiniano su suegro, Lucella Osman de Duque, quienes simbolizan a nuestros primeros comerciantes, políticos y  habitantes contertulios de la comarca, que movían las fichas y determinaban quienes  debían manejar los intereses administrativos de un pueblo que ya daba muestras en esos tiempos de ser una provincia de templanza y progreso.

En materia religiosa, no se puede mirar de soslayo al padre Alzate, quien imponía sus ideas de manera severa y radical .Su disciplina medieval se manifestaba de manera clara y categórica. Los sermones que daba desde el púlpito dejaban ver su acentuado tinte político. Recuerdo que en una ocasión hizo desalojar del templo a una jovencita que lucía hermosamente su minifalda y no permitía que las mujeres entraran sin velo cubriendo su cabeza.

Hablando de personajes pintorescos , de aquellos que se tornan familiares y se meten en el sentimiento del pueblo mi memoria se remonta a la figura de “Adela”. Cuando le decíamos en coro: “Adela no tiene calzones”, se alzaba su bata y dejaba ver sus desteñidas prendas íntimas ante la mirada atónita y curiosa de quienes como niños participábamos de esas travesuras infantiles al salir de la Atanasio Girardot;  “Siempre“, personaje colmado de ternura con una sonrisa constante, lo recuerdo con su sombrero y  saco azul turquí, expresando la palabra siempre ante cualquier interrogante. Lo empleaban las señoras de “bien” para hacer mandados y a fe que los hacía en pos de una moneda. ”Tongolele”, fue otro personaje muy conocida por su grado de agresividad, pues acompañada de un garrote hacía correr a más de uno so pena de recibir su paliza. Quiero mencionar a “Pate rana”, quien en su extraño vehículo a manera de triciclo accionado con una especie de palanca manual que transmitía su movimiento hacia las llantas se desplazaba por las calles calarqueñas vendiendo la lotería. Seguramente que habrán existido muchos más que ustedes recordarán con sumo agrado.

En personajes populares, Calarcá ha sido muy rico, como el caso de Jesús Álvarez, quien en su taller de bicicletas montó un verdadero templo al “caballito de acero”, pues calarqueño que se precie de haber tenido bicicleta en sus años mozos tuvo, en cualquier momento que haber estado en “Ciclón Álvarez” en procura de un parche o una inflada o quizá de una montada de radios para las llantas. Recordemos a doña Cecilia Latorre quien de manera quijotesca fundó “Su Voz De Calarcá”, a Benilda con su cenadero Quindio; viene a mi memoria el periodista Jairo Elías Márquez Gallego, quien con su gran vocación periodística fundó la revista “El Marqués” y que con verdadera mística continuó al frente su esposa Marleny junto a sus hijos.

Han sido muchos, demasiados los hombres y mujeres que de alguna manera han dejado su impronta en la historia de Calarcá. Seguramente que más adelante y mejor documentados haremos mención de  representantes del deporte, la cultura, las letras, la música y otros campos …

Solo resta elevar una oración a quienes ya no están entre nosotros y recordarlos con beneplácito por lo que hicieron en pro de nuestro terruño.

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