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Cultura  |  23 marzo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

La novela TOA, del escritor César Uribe Piedrahita es publicada nuevamente 90 años después

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Antonio de Orrantia tiene veinticinco años y persigue el sueño de conocer la realidad de las caucherías ubicadas en la selva amazónica, en los departamentos de Putumayo y Caquetá. Por eso emprende un viaje en el que se acercará a una realidad que, lejos del exotismo que imagina, entraña profundas contradicciones, violencias y un racismo que lo enfrenta con sus propios prejuicios cuando se enamora de Toá, una mestiza de la región.

La realidad de las caucherías está magníficamente representada en esta novela de César Uribe Piedrahíta, publicada en 1933 -la misma época de La vorágine- como una manera de indagar lo ocurrido desde comienzos de siglo cuando la cauchería se convirtió en una industria despiadada que incluso enfrentó a los comerciantes peruanos con los colombianos causando una guerra entre
los dos países.

"Con planes de hacer ciencia y de trasladar a sus álbumes voluminosos todos los extraños paisajes de aquel mundo nuevo", de Orrantia comprenderá que todo ese presunto exotismo que persigue es un mundo complejo que merece ser comprendido desde una mirada menos occidental. Entre la enfermedad y la fiebre del paludismo esta tremenda novela tiene hoy más vigencia que nunca, noventa años después de ser publicada.

Sobre el escritor César Uribe Piedrahita:

Nació en Medellín en 1897 y murió en Bogotá en 1951. Hombre de ciencia y de letras, estudió Medicina en la Universidad de Antioquia. Pasó algunos años en la Universidad de Harvard especializándose en Parasitología. Al regresar al país, fue nombrado director del Instituto Nacional de Higiene. Precisamente, en este cargo, Uribe Piedrahíta comprendió la realidad de un país desconocido y olvidado por el Gobierno nacional, en territorios como el Darién y Caquetá que le servirían para escribir Toá, su primera novela publicada en 1933.

Fue profesor de la Universidad Nacional y luego rector de la Universidad del Cauca, en 1931. Tras su paso por Popayán, se instaló en Bogotá, donde siguió cultivando tanto sus investigaciones científicas, cuyos apuntes y folios se quemaron el 9 de abril de 1948, como la música, la pintura y la escritura. Además de Toá. Narraciones de caucherías, publicó, en 1935, Mancha de aceite, que se ha relacionado como una presunta continuación de un texto de José Eustasio Rivera que quedó inconcluso en Nueva York, bajo el título de La mancha negra. Murió en Bogotá aquejado por un alcoholismo tenaz.

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