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Columnistas  |  20 marzo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Rafael Nieto Loaiza

El relato hecho añicos

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Rafael Nieto Loaiza

Por Rafael Nieto Loaiza

Que el hijo y el hermano de Petro estén señalados de recibir dinero a escondidas y de personas vinculadas hoy y en el pasado con hechos de corrupción y con el narcotráfico, a cambio de favores gubernamentales, destruye de raíz el relato de la izquierda y de quien llegó a la Casa de Nariño.

Por eso el afán de Petro y de sus alfiles de desligarse del escándalo. Han sostenido que Petro apenas se enteró de lo ocurrido pidió a la Fiscalía que investigará a su primogénito. Falso. Solo lo hizo el dos de marzo, cuando supo que Vicky Dávila divulgaría una entrevista con quien había sido su nuera. Si se creía que Petro se había enterado a principio de febrero, cuando se reunió con su exnuera, hoy hay certeza de que tenía conocimiento de las andanzas de su hijo al menos desde diciembre, cuando su hija Andrea le contó. Lo dice Mary Luz Herrán, mamá de Andrea. Petro se quedó mudo hasta que supo que el escándalo era inatajable.

Petro quiso poner aún más distancia. Refiriéndose a su hijo dijo que “no lo crié, esa es la realidad”. La lectura ciudadana sobre semejantes declaraciones es que desnudan la mala condición humana de quien hoy ocupa la Casa de Nariño. Petro, para justificarse, sostuvo que no lo había criado porque había estado preso y en la clandestinidad y sugirió que la conducta de Nicolás era resultado de haber sido educado por la familia conservadora de la mamá. Nicolás nació el 21 de junio de 1986. El acuerdo de desmovilización del M19 se firmó el 09 de marzo de 1990. Nicolás no había cumplido cuatro años. Desde ese momento Petro pudo "criar" a su hijo. Más maluco aún, una de las primas de Nicolás reveló que la mamá había demandado a Petro por inasistencia alimentaria y le advirtió que “no escarbe la historia familiar porque sale mal librado”.

Como si no fuera suficiente, la verdad es que Petro ha llevado de la mano a su hijo en la política. Fue él quien hizo a Nicolás jefe del Pacto Histórico en el Caribe y quien le puso también la tarea de buscar recursos para su campaña presidencial. Que solicitara dinero a antiguos narcos, a corruptos, a contratistas, tampoco debería sorprenderlo. Petro se lo había pedido, como lo prueba un video público en que conversa de eso con Armando Benedetti. En fin, era inevitable que el episodio de Nicolás tomando plata debajo de la mesa recordara el de Petro recibiéndola en bolsas. Hijo de tigre…

Con su hermano no es distinto. Desde inicios de año, la prensa ha informado que varios mafiosos sostienen que personas cercanas al gobierno les piden sumas millonarias para ser incluidos entre los beneficiarios de las decisiones gubernamentales tomadas con el pretexto de “la paz total”. El nombre de Juan Fernando Petro estuvo desde el principio entre los señalados. Hay audios en manos de autoridades norteamericanas. De hecho, el 23 de enero, la Fiscalía abrió investigación de oficio contra el colactáneo presidencial. Petro lo sabía.

Para rematar, es inevitable ligar los señalamientos contra el hermano de Petro con lo ocurrido en campaña, cuando se supo que con Danilo Rueda visitaron a mafiosos, parapolíticos y corruptos en varias cárceles. Petro dijo que las reuniones de su hermano se daban en el marco de lo que denominó "el perdón social”. Se especuló sobre si ese “perdón” se daría a cambio de apoyos electorales. El “pacto de la Picota”. Además de las declaraciones públicas de los jefes de varios de los grupos criminales a favor de Petro, las cifras muestran que ese apoyo se tradujo en votaciones ampliamente mayoritarias para él y el Pacto Histórico en las áreas de más control e influencia de esos grupos. Además, un amplísimo abanico de decisiones gubernamentales beneficia a los narcotraficantes y sus bandas. Es legítimo preguntar si todo es parte de un acuerdo, incluidos el nombramiento como alto comisionado de Rueda.

Aunque dudo mucho de que se atrevan, por mucho menos armó la Suprema todo el proceso de la parapolítica. Ahora, más allá de lo que ocurra con los procesos judiciales, es indudable que quedó hecha añicos la credibilidad del discurso del cambio y la lucha contra la corrupción de Petro y la izquierda. Y que el derrumbe de ese relato lo debilita y le restará gobernabilidad en lo que resta de su mandato.

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