• SÁBADO,  20 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  28 junio de 2022  |  12:01 AM |  Escrito por: Patricia Londoño Guzmán

Construcción social vs discriminación femenina

0 Comentarios


Imagen noticia

Patricia Londoño Guzmán

Por Patricia Londoño Guzmán *

La evolución del hombre y la cultura en las diferentes civilizaciones y sociedades que surgen y se extinguen sobre la faz de la tierra se asocian a procesos históricos migratorios, donde la supervivencia y las relaciones económicas determinan las condiciones de poder y servidumbre, los cuales desde los roles de género y los conceptos biológicos y antropológicos se explican en el desarrollo de los hemisferios cerebrales, por ejemplo: en el hombre está más desarrollado el hemisferio izquierdo, condición que determinan la capacidades para expresar y comprender el lenguaje, hacer análisis, razonamientos lógicos y abstracciones, resolver problemas numéricos, aprender información teórica, hacer deducciones y en la mujer el hemisferio derecho que le da mayor capacidad para la expresión no verbal, es decir pensar y recordar imágenes, la percepción u orientación espacial, la conducta emocional, facultad de expresar y captar emociones, controlar los aspectos no verbales de la comunicación, intuición, reconocimiento y recuerdo de caras, voces y melodías. Características y condiciones que por lo general determinaron en el hombre el carácter aventurero, nómada y en la mujer su comportamiento sedentario que implica la crianza de los hijos, el mantenimiento de la estructura familiar, la agricultura y los procesos de transformación de los alimentos, mientras el hombre, cazaba, declaraba la guerra e invadía territorios.

La condición de nómada es un factor determinante para la conservación, el florecimiento o la desaparición de las sociedades que se relaciona con las conductas sociales de descubridor, descubierto, conquistador, conquistado, colonizador, colonizado, invasor, invadido, amo y esclavo (laboral/sexual), en lo esencial, son clases de relaciones de poder (económico, político y religioso) que para la producción y el comercio representan: mano de obra a bajo costo, deshumanización y cosificación del individuo, donde la mujer es objeto de placer sexual y maquina reproductiva que se utiliza para un relevo generacional de esclavos.

En una mirada retrospectiva sobre el surgimiento de la humanidad, se encuentran su origen en una agrupación de individuos del mismo o de diferentes núcleos familiares, quienes para resolver los problemas comunes de supervivencia, dan paso a la sociedad patriarcal, donde el varón, macho alfa, tiene un mayor representatividad en el estado y en la práctica e inclinación por las carreras liberales, se produce la dependencia económica, surgen los derechos sexuales y las expectativas laborales hasta llegar a las ideas del crecimiento profesional.

La familia patriarcal, como modelo primario de la sociedad, según algunos investigadores, surgió alrededor de los 4000 años, periodo arcaico, organización que expresaban y generaba las normas y valores, convirtió a la sexualidad, la capacidad reproductiva de la mujer y la agricultura, producto de la vida sedentaria, en una mercancía con la cual a través del “intercambio de mujeres”, las alianzas matrimoniales entre las tribus, se evitaba la guerra o se firmaba la paz.

En Hispanoamérica la discriminación de la mujer y la familia de ciertos niveles sociales en la sociedad del siglo XXI, obedece al fenómeno de la colonización, donde los invasores bajo las categorías de descubridores, conquistadores y colonizadores, tienen su origen en el modelo de estado monárquico, la sociedad y la familia patriarcal española, decadente y urgida de recursos económicos, que como pago de la hazaña expansionista y la fidelidad con la corona, al saqueo de las riquezas y a la “desaparición del 80% de los pobladores pertenecientes a las 3 grandes civilizaciones asentadas desde Méjico hasta el Perú, los mayas, los aztecas y los incas y la sociedad tayrona al norte de Colombia”, recibieron títulos nobiliarios y tierras, a través de la violación y experiencias extramatrimoniales con las aborígenes producen el mestizaje y hogares disfuncionales que tienen en común la ausencia del padre, los hijos ilegítimos y/o extramatrimoniales, quienes por razones de inferioridad del estatus social al cual pertenecen los padres son difícilmente reconocidos y la mujer adquiere la categoría de madre cabeza de hogar, porque es ella, en quien recae la responsabilidad de atender las necesidades económicas para la supervivencia de la familia.

En el análisis de la sociedad y las familias de todos los tiempos se encuentran elementos en común, las condiciones de clase, las relaciones laborales, la especificidad en los roles de género y la capacidad del hombre y la mujer para asumir los retos de la convivencia y la conservación de la cultura, la sociedad y el estado, retos que en las dimensiones personal (afectiva, mental y económica), familiar (esposos, hijos, hermanos, padres y abuelos), profesional y ocupacional le dan cada día a la mujer una multiplicidad de funciones y responsabilidades que, para cumplir con la misión prevista en una sociedad patriarcal, la obligan a caminar como malabarista en la cuerda floja de los acontecimientos, la mayoría de las veces, con el único recurso, el patrimonio afectivo. Análisis que de acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH - 2018), explican las estadísticas sobre la incorporación de las mujeres en el mercado laboral que aparece a continuación:

1. La Tasa de Desempleo (TD) de las mujeres alcanzó el 13,6% y de los hombres el 8,2% en el 2019.

2. La tasa global de participación para la mujer (TGP) en el mercado laboral del 2008 al 2019, paso del 46,4% al 53,1% con 73.9% de los hombres, para una brecha de 20,8%.

3. Las probabilidades para que una mujer sin escolaridad sea fuerza laboral son del 33,5% versus hombre del 69,2%.

4. La falta de ingresos de la mujer es el 27,7% y del hombre el 10,5%.

5. La brecha salarial nacional promedio es del 12,1%, es decir que las mujeres reciben el 87,9% de lo que ganan los hombres, la participación es mayor en las mujeres urbanas (56,7%) que en las rurales (39,1%) y la economía remunerada por escolaridad en las mujeres con estudios superiores están en el 83,8% y sin escolaridad es del 37,5%.

6. La segregación ocupacional en las mujeres es marcada el 63,3% no tienen remuneración y el 27,1% son empleadoras.

7. La proporción de mujeres ocupadas en la informalidad es mayor, aunque la diferencia entre sexos es pequeña, la informalidad afecta en mayor medida a las mujeres jóvenes de 12 a 18 años y a las adultas mayores de 60 años.

8. El tiempo promedio de horas que dedican al trabajo no remunerado en las mujeres es 7,14 horas y de 3,25 horas en los hombres, para una brecha casi del 50% (según la ENUT 2016-2017)

9. El Valor del Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR) en Colombia asciende a 186 mil millones de pesos, de los cuales 139,5 mil millones de pesos (75%) lo generan las mujeres y el valor económico de las horas aportadas por ellas equivale al 15,3% del PIB de Colombia.

“La falta o los escasos ingresos, al igual que las condiciones laborales desventajosas, se reflejan a su vez en los índices de pobreza donde por cada 100 hombres en hogares pobres, hay 118 mujeres. En todos los niveles educativos y en todo el territorio, este índice es mayor a 100. Estas vulnerabilidades económicas son muy graves considerando que las mujeres han incrementado significativamente su rol como generadoras de ingresos e incluso, la mayoría de las veces son las proveedoras principales de sus hogares”.

En Colombia un país donde según la Anif “el porcentaje de pobreza podría llegar, al cierre de 2020, a un 42,6% con un 12,8% de pobreza extrema”, para un 55,4%, porcentaje importante para una población productiva que la mayoría de las veces no tienen las posibilidades de vinculación laboral, donde están por debajo del legal los salarios que satisfacen la canasta familiar de un promedio de 4 personas, son otras prácticas discriminatorias para la mujer, en términos de oportunidades laborales, el acceso a la libertad, la recreación y el uso del tiempo libre por la sobrecarga de responsabilidades como cabeza de hogar.

La reflexión sobre los errores del pasado que determinaron las condiciones actuales de la sociedad colombiana debe servir para repensar el futuro de las nuevas generaciones y actuar a través de las prácticas: legal, educativa y ética. La práctica legal, en la normatividad y la aplicación real de las normas que le den a las mujeres la oportunidad para ingresar en igualdad de condiciones al mercado laboral, disminuir la informalidad o la temporalidad laboral, en el mejor de los casos, la única fuente de ingreso, el acceso a las prestaciones y a la seguridad social; la práctica educativa en la revisión e implementación del método y los currículo legal y oculto, para que en las actividades del aula se cumpla con la tarea ética de desarrollar las inteligencias emocional, múltiples y exitosas para que en un proceso de dignificación de los y las estudiantes y sus familias se consoliden las bases de una sociedad incluyente y la práctica ética de acompañar al estado, del cual hacemos parte todos, en la formulación e implantación de políticas públicas de respaldo a la familia para que cumpla con el importante papel transformador de la sociedad, familia donde la presencia y/o la pertinencia directa o indirecta del hombre y/o la mujer en el hogar, según sea el caso y por diversas y respetables razones, es escaza, la responsabilidad se delega, no se asume o no hay coherencia entre el ejemplo y los patrones de crianza, condición fundamental para establecer el equilibrio y el acceso de los derechos humanos en términos de respeto, equidad e inclusión.

 

 

Fuente y referencia Web.

DANE, GEIH - 2018. MUJERES Y HOMBRES BRECHAS DE GÉNERO EN COLOMBIA RESUMEN EJECUTIVO 9

AUTONOMÍA ECONÓMICA: LA INCORPORACIÓN DE LAS MUJERES AL MERCADO LABORAL. La Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH - 2018).

MUJERES BRECHA HOMBRES COLOMBIA. TASA GLOBAL DE PARTICIPACIÓN, SEGÚN SEXO, 2019. DANE, Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) 2019.

https://forbes.co/2021/04/29/economia-y-finanzas/en-2020-la-pobreza-en-colombia-llego-al-425-de-la-poblacion-dane/

https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/genero/publicaciones/mujeres-y-hombre-brechas-de-genero-colombia-resumen-ejecutivo.pdf

PUBLICIDAD

Otras Opiniones

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net