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Columnistas  |  15 mayo de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Juan Fernández Cerón

Ser consciente con fundamento pedagógico social es autoevaluarse

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Juan Fernández Cerón

Por Juan Fernández Cerón

 

Siempre me ha parecido sumamente difícil ejercer el papel de evaluador de otra conciencia, cuando, sin tener claro el intento de descubrir nuevas maneras de ver el mundo, con todas sus interacciones. Me gusta más asumir el papel de encender estrellas en cada ser, donde cada uno trate de buscar su propio camino para alcanzarla.

Esta reflexión es una herramienta para mejorar la vida social, pedagógica, para identificar y entender lo que se necesita para vivir la realidad, con el propósito de emprender la transformación como principio y fin. Vivimos en un mundo corrupto, de consumo, de esclavitud que debemos cambiar.

La gran dificultad que encontramos es que no se buscan la causas, sino las consecuencias y las consecuencias se vuelven inflexibles, rígidas, de consumo medidor, de estrés, de engaño, odio y de esclavitud.

La     autoevaluación consciente, debe reunir integralmente los elementos y la transformación del medio, se considera como un proceso continuo e integral, relacionado con los propósitos y las experiencias vivenciales logradas en todo proceso de aprendizaje y de formación humana.

Autoevaluarse es función formativa como ser referente fundamental del proceso interactivo que retroalimente las insuficiencias, crisis, conflictos, buscando indicadores sucesivos, continuos en todo el proceso, con producción real de cambio social, de conductas, de saberes, teniendo en cuenta el conflicto o carencia como producción para el cambio esperado como persona, familia, sociedad.

Reconocer y argumentar con precisión y rigor la especificidad del comportamiento adquirido, distinguiéndolo de otros modos con argumentación crítica de la realidad, diferenciando su vertiente

Tratar de comprobar que se comprende lo específico del proceso social y el tipo de preguntas que éste supone, así como el grado de precisión y rigor alcanzado con la razonabilidad de los conceptos y preguntas planteadas y con acuerdos integrales. Se trata no sólo de comprender, sino, también de valorar las aportaciones  y su aplicación a los grandes problemas de nuestro tiempo.

Razonar con argumentaciones bien construidas realizando un análisis crítico colectivo y elaborando una reflexión adecuada en torno a los propósitos a alcanzar con creatividad.  ”Quien no quiere razonar, es un fanático. Quien no sabe razonar, es un tonto. Y quien no se atreve a razonar, es un esclavo” K.Willian H

Consolidar y reforzar la capacidad de comprender y expresar de forma crítica y reflexiva las aportaciones más importantes, huyendo de la ignorancia social, de la reproducción acrítica, la improvisación y superficialidad, contrarias al procesamiento crítico, creativo, activo, reflexivo de los nuevos procederes y propósitos.

Exponer argumentaciones y realizar cambios propios en los que se logre una integración de las diversas perspectivas y se avance en la formación de un pensamiento social autónomo.

Valorar y ser capaz de construir y enriquecer sus propias opiniones trabajando de forma activa y constructiva el legado cultural y específico de cada contexto.

Para comprobarlo serán idóneas las actividades de tipo reflexivo, en las que, de modo significativo y funcional, se relacionen nuevos procesos de convivencia entre sí, con ámbitos de experiencia, expresando de forma clara y coherente el resultado del trabajo realizado y sus progresos de comprensión y de reflexión. Algunos elementos valiosos en este sentido, pueden ser la investigación atípica, las investigaciones individuales y en equipo, la preparación y realización de debates, el diario creativo de actividades y la socialización.

Utilizar y valorar el diá-logos como forma de aproximación colectiva a la verdad real y como proceso interno de construcción de procesos creativos, reconociendo y practicando sus valores intrínsecos del diálogo como el respeto mutuo, la sinceridad, la tolerancia, en definitiva, los valores democráticos para comprobar el grado de comprensión e interiorización del sentido del dia-logos y de las condiciones necesarias para su desarrollo, su ejecución y su plasmación en la práctica aplicada.

Obtener información relevante a través de diversas fuentes, elaborarla, contrastarla y el actuar críticamente en el análisis de problemas filosóficos, sociológicos, humanos y políticos. 

Comprobar la capacidad de seleccionar y manejar comportamientos diversos, desde los más experienciales hasta los más específicos, pasando por las divulgativas y las contenidas en los medios de comunicación y de información, así como el dominio de destrezas de carácter general, como la observación, la emoción, la comparación y la valoración, etc., necesarias para el actuar crítico creativo, con las características específicas de lo humano como una realidad compleja y abierta de múltiples expresiones y posibilidades, profundizando en la dialéctica sobre la naturaleza, la cultura, el individuo y el ser social, que constituyen a la persona consciente.

Es identificar la capacidad de comprender e integrar las diversas dimensiones del ser humano, incidiendo en la importancia de la construcción social y valorando las concepciones filosóficas del ser humano y su vigencia actual.

En esta parte del observar y reflexionar sobre la realidad y los procesos de un actuar social, es necesario investigar la realidad, analizar la estructura y coyuntura de una sociedad concreta, es el acto de producción de conocimiento, de tomar conciencia y guía de acción y de investigación.

Un ser humano y una comunidad de calidad, sujetos de su propia situación y autoevaluación, de lo intelectual y cultural, necesita de la participación colectiva para llegar a la producción de conocimiento, de ser personas y sociedades de calidad.

Como seres humanos demostramos el espíritu crítico y creativo para dar prueba de sí mismo y poder comprender la realidad desde el actuar buscando cambios que necesita toda comunidad en vía de progreso

Conocer, respetar y valorar la naturaleza de las acciones humanas en tanto que libres, responsables y transformadoras. Con este criterio se trata de comprobar la capacidad para comprender el sentido de la razón práctica, experiencia y la necesidad de la libertad para realizar acciones y, consecuentemente, asumir compromisos ético-científico-humano tanto en el ámbito personal como social, reflexionando especialmente sobre la búsqueda de la felicidad, la justicia y la universalidad de los valores en la sociedad actual.

Comprender y valorar las ideas filosóficas, sociológicas, científicas que han contribuido, en distintos momentos históricos a definir la categoría de ciudadano y ciudadana, desde la antigüedad hasta la ciudadanía global del mundo contemporáneo, haciendo especial énfasis en la ilustración y en la fundamentación de los Derechos Humanos.

Se trata de autoevaluar si se ha comprendido la categoría de ciudadano y ciudadana como tarea histórica inacabada y su fundamentación ético-moral, social, así como la importancia de reconocer y practicar las virtudes cívicas que posibilitan una convivencia democrática en el marco universal de los Derechos Humanos.

Reconocer y analizar los conflictos latentes y emergentes de las complejas sociedades actuales, sus logros y dificultades, sus cambios y retos más importantes que contextualizan la actividad sociopolítica del ciudadano, manifestando una actitud crítica ante todo intento de justificación de las desigualdades sociales o situaciones de discriminación.

Es comprobar el grado de comprensión de los problemas sociales y más relevantes de la sociedad actual y las metas e intentos de solución que ofrecen los ordenamientos jurídicos y los sistemas de participación democrática. Asimismo, trata de autoevaluar la actitud que ha desarrollado ante dichos problemas.

Señalar las diferentes teorías acerca del origen del poder y su legitimación, identificando las que fundamentan el estado democrático y de derecho y analizar los modelos de participación y de integración en la compleja estructura social de un mundo en proceso de cambio.

Se trata de valorar la asimilación del origen y la legitimidad del poder, de las diferentes concepciones del estado y de la fundamentación y funcionamiento de la democracia, analizando las posibilidades y el deber de intervención del ciudadano y de la ciudadana, tomando conciencia de la necesidad de participar en la construcción de un mundo más humano.

La mejor maestra de la vida es la experiencia vivencial. Es crítica y tormentosa, pero fundamental.

 

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