El periodista cultural Albert Deylan denunció la delicada situación que está viviendo el sector cultural del Quindío, que se ha visto enfrentado a la renuncia no solo de sus secretarios de cultura en el departamento, sino a varios de sus subalternos. Además, dice Deylan, en los dos años de este gobierno han sido muy pocas las actividades que ha realizado este despacho del gobierno seccional.

Esto es lo que dice Deylan sobre la crisis de la cultura en el Quindío:

La crisis Cultural departamental

Por: Alber Deylan

Con la renuncia de Arles López Espinosa a la Dirección de Cultura Artes y Patrimonio de la Gobernación del Quindío, se evidencia la crisis al interior de La Secretaría de Cultura; la que no surge a raíz de la salida del funcionario; esta debacle es en los dos años y un mes de esta administración. No es tan fácil para el Gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas posesionar en tan corto tiempo a tres Secretarios de Cultura; como bien se recuerda a Jorge Iván Espinosa el mandatario le pide la renuncia, luego Ximena Escobar presenta dimisión del cargo y desde hace seis meses que se encuentra Juan Manuel Rodríguez. Si miramos la oficina de la Dirección de Cultura, por aquí han pasado Adriana Giraldo, Bryam Arango y Arles López Espinosa que también presentó dejación del mismo. En la Jefatura de Patrimonio el panorama es igual; el primero fue Ricardo Medina; después Mònica Andrea Rodríguez, a quien desafortunadamente la muerte la sorprendió ejerciendo el cargo y desde hace dos meses Olga Lucía Urrea Moncaleano.

Es hasta la fecha Cultura, la única secretaría de esta administración departamental que ha tenido tres funcionarios, a la vez con tres cambios al interior de la misma y así es muy difícil consolidar un proyecto de Gobierno, para fortuna de ellos, existen unas ordenanzas encaminadas a las convocatorias de Concertación y Estímulos lo que les permite mostrar algo; porque de lo contrario, pasarían en blanco, solamente con fotos en reuniones con la Ministra de Cultura.

La Sala Roberto Henao Buriticá mantiene sus puertas cerradas a las exposiciones; de la Biblioteca de Autores quindianos no se volvió a saber nada; en algún momento, una mandataria hizo reconocimiento a artistas que durante ese año habían sido destacados y no fue con medallitas, lo hizo con dinero en efectivo en acto público en el ya desaparecido Teatro Yanuba; esto se dio porque existía un gremio cultural empoderado de su papel, que tenía una mirada colectiva, incluso el Quindío llegó a tener representantes de las áreas a nivel nacional; gracias a esa cualificación fue el Quindío un espacio permanente para reuniones, seminarios y congresos nacionales y el Ministerio de Cultura miraba con otros ojos a este departamento, incluso muchos programas nacidos aquí fueron pilotos a nivel nacional.

Se perdió la injerencia que tenía el Consejo Departamental de Cultura en los municipios, incluso cada año se terminaba con los encuentros departamentales y la participación de conferencistas nacionales. El actual Consejo de Cultura su última reunión fue en septiembre del año pasado y en el presente en un intento de volver a retomar las riendas, este lunes 7 de febrero no hubo Quorum. De otra parte, las áreas en tiempo atrás eran democráticas y ejercían un papel de empoderamiento y el sector se sentía representado.

A través de la RAP y desde el Quindío se habló de macroproyectos para los tres departamentos del Eje Cafetero. El mercado cultural realizado en la ciudad de Pereira se visibilizaba que vendrían grandes cosas: Risaralda mostró con orgullo la dotación de sus grupos artísticos, Caldas y sus bandas musicales y por el lado del Quindío, se empezó a hablar de la profesionalización que puso un punto muy alto como una propuesta de impacto nacional, todo lo anterior con recursos que llegaron por regalías y que por primera vez en la historia del país se miraba a una región jalonando recursos para el tema cultural.

Para el caso del Quindío, lo de la profesionalización con una inversión que sobrepasa los 3 mil millones de pesos todo marcha a paso de tortuga; Universidad de Antioquia dice que hay que esperar, que ahí vamos; que falta, que dependemos de Ministerio de Educación y Gobernación que dependemos de las anteriores. 

Nos falta enderezar el horizonte del tema cultural del departamento, muchos dirán que eso le corresponde al Gobernador o al Secretario de Cultura, la tarea es del sector; ellos son funcionarios pasajeros, el artista no, por lo tanto, es una tarea del sector quien tiene gran culpa de esta situación.

Si todos los días surge una nueva Ong Cultural que ya se acerca a las 150 conformadas, la pregunta es ¿Por qué andamos de mal en peor en temas como políticas culturales?, con un Sistema departamental de Cultura? Con un Plan Biocultural? Estos deberían ser temas centrales de quienes lleguen a regir los destinos culturales de este departamento, entre tanto las innumerables organizaciones deberían proponer macro proyectos colectivos, no estar a la apertura de una convocatoria.

De nada sirve nombrar a un nuevo Director de Cultura si llega a aprender. Recordemos que internamente este cargo es de Director a Director, es solamente pasar un funcionario de una dependencia a otra dependencia y tema solucionado para la Administración, mientras que, para el sector, no va a pasar absolutamente nada.