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Medio Ambiente  |  27 noviembre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

La industria Avícola pone en peligro el desarrollo turístico en algunas zonas del Quindío

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Tres avícolas con cerca de un millón y medio de pollos de levante se han ubicado en un radio inferior a 1 kilómetro en dos veredas de Montenegro (San José y Guatemala). Dos de ellas se han construido en los últimos dos años y compraron otras tierras en la vereda San Pablo, -a menos de un kilómetro de las anteriores- para construir otro enorme complejo de 27 galpones en lo que fuera la hacienda La Graciela.

La comunidad informa que ha sido un “volteo de tierras”. El Grupo Empresarial Don Pollo y sus familiares cercanos han comprado más de 700 cuadras rurales y a algunos de los predios le han dado una destinación que no permite el uso del Suelo del POT actual, pues son tierras rurales donde no puede construirse industria.

En total en Aguas Claras I y II, San Julián de Praga y La Porcelana, se han hecho bodegas industriales como galpones en estructuras que ocupan más de 50.000 metros cuadrados de tierra fértil, óptima para la agricultura o la ganadería.

Estas industrias se escudan en que pueden pasar por usos pecuarios y agroindustriales que son relativos a los establecimientos campesinos rurales correspondientes a las labores agropecuarias de pequeña escala, incluida la ganadería en pastoreo y al procesamiento agroindustrial simple de los cultivos y crías de animales en pastoreo.

Los organismos de control como la CRQ, La Aeronáutica y el ICA, han pasado por encima de las normas establecidas para el cuidado del medio ambiente y la ocupación del suelo, con temas muy importantes.

La CRQ tiene permisos todavía en trámite, pero las avícolas ya están en operación desde hace meses. No hay que olvidar que el propietario de la avícola Don Pollo es miembro del Consejo Directivo de la CRQ. Los galpones en cuestión gozan de ausencia de permiso de vertimientos industriales y otros.

Además, las concesiones para el uso del agua sin insuficientes.

Por su parte, el ICA exige en su normatividad para granjas avícolas bioseguras de engorde, que una granja avícola debe estar situada a mínimo 3 kilómetros de un relleno sanitario. En este caso, el relleno sanitario “Andalucía” está a bastante menos de 3 kilómetros. Esta distancia se exige para evitar el peligro sanitario que conllevan distancias menores y que pueden significar un grave riesgo para la industria avícola nacional en general o para los seres humanos, como lo fue la “Gripe Aviar”, que en el 2003 estuvo muy cerca de convertirse en pandemia.

¿Cuál ha sido la posición de Planeación de Montenegro? Durante la administración del alcalde anterior, se dieron dos licencias de construcción en suelo rural para aprovechamientos Industriales. La dimensión de lo que tienen ya en funcionamiento es tan grande, que equivale al desarrollo de complejos Industriales de “Gran Industria”.

Los habitantes del sector se han visto perjudicados por olores, invasión de moscas permanente y afectaciones graves a las fuentes de agua, riesgo de desabastecimiento en el acueducto, por los altísimos consumos de agua y el vertimiento de más de 50.000 metros cuadrados de techos, que desconfiguran los cauces y destruyen el ecosistema de las quebradas durante los aguaceros fuertes, como si fueran casi avalanchas.

En cercanías a San Julián de Praga, y en plena temporada de lluvias, se secó una fuente hídrica luego de la construcción y entrada en operación de esta avícola.

Estos hechos son graves afectaciones en el valor de la tierra, en la posibilidad de aprovechamientos agroturísticos que puedan tener y un desperdicio irracional de tierras fértiles con paisajes hermosos, que convierten al departamento del Quindío en un departamento pollero para surtir al país.

La comunidad ha informado del grave problema al Concejo de Montenegro, la Alcaldía, la Procuraduría Ambiental y Agraria y la Inspección de Policía. Piden que los protejan y que por favor consideren estos graves hechos y eviten otorgar más licencias a nuevas avícolas como la que Don Pollo no niega que pretende construir en la finca La Graciela. Han permitido unas industrias que bajo todo punto de vista ya supera en grado sumo la capacidad de carga de este sector, y de manera normativamente irregular.

Si en la finca La Graciela se construyen galpones para 700.000 mil pollos más, y al parecer una segunda etapa de otro tanto, sería una grave irregularidad, que puede tener inclusive consecuencias penales para los funcionarios que den su aprobación, pues puede tipificarse un “volteo de tierras”, ya que compran terrenos con precio rural que luego son utilizadas como suelo industrial.

Son tierras fértiles, aguas escasas y una naturaleza hermosa y única, que entre todos debemos proteger.

 

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