Con motivo de celebración a una década en torno a la promoción de cultura y arte en el departamento del Quindío por parte del colectivo literario “café&letras renata”, se dio lugar el Festival de la palabra, evento donde convergieron saberes, perspectivas, relatos y de manera prominente, un amor por las letras y las múltiples formas de expresión que no se limitan a quedarse entre la portada y contraportada de un libro.

Desde relatos e historias, hasta conferencias y artes dramáticas fueron parte de las actividades que nutrieron la conmemoración no solo a la cultura, sino al hecho de formar comunidad, resaltando la diversidad de pensamientos y sentires que dotan de gran significado el quehacer literario en el panorama regional y nacional.

Esto, unido al apoyo recibido por diferentes instituciones fue un gran eslabón sobre el que se construyó un espacio de pedagogía y dialogo directo que suscita múltiples congratulaciones y análisis.

¿Qué sería de la cultura y los grandes alcances como humanidad sin la generación de tejido social, de envolvimiento y unidad dentro de lo heterogéneo?

Quizá es ahí donde quiero escindir con estas palabras; realizar en este momento una apología al compartir, a la discusión, al intercambio continuo de visiones y formas de percibir el mundo, lo cual resulta sumamente engrandecedor si hablamos de sociedad y más cuando partimos del lenguaje para dotar de sentido nuestra experiencia y vivencia en el mundo.

El aporte en ese capital social y cultural que se realiza desde el colectivo “café&letras renata” da a conocer estas cuestiones de exaltación al saber, y no como una estructura rígida que observa desde un punto inalcanzable; sino como esa construcción horizontal que se da en el reconocernos en el otro y poder acrecentar los aportes propios, porque es ahí donde radica el valioso poder de las letras y el arte, como mecanismos de transformación.

Es en este contexto siento regocijo por ser parte de este proceso, aprender de la mano de seres humanos deseosos por el conocer y ampliar sus horizontes, en lo personal y en lo social; contribuyendo además entre otras cosas, a la creación de paz y respeto por los demás, en un país que proclama y ansía que se construya sobre dichos pilares de comunión.

¡Que sean muchos años más de creación, lectura y amor por el conocimiento!