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Colombia  |  25 agosto de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Alistando el despegue sin equipaje

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Sociedad Quindiana de Ornitología.

Marco Horacio García C

La proximidad del otoño en el hemisferio norte marca el inicio de uno de los más fascinantes procesos biológicos: la migración boreal de las aves. Millones de ellas visitarán Colombia durante seis meses. Ya cumplieron un ciclo reproductivo allá y en familia, emprenden en movimiento masivo, un arriesgado viaje a tierras lejanas donde la provisión de alimentos sea mejor ya que el hostil invierno del norte trae consigo escasez. Nuestras especies residentes recibirán la visita en los variados aunque cada vez más impactados ecosistemas. La ubicación tropical de Colombia la convierte entonces en un destino de migración muy importante pues cerca de 170 especies llegan a nuestras latitudes. No en vano organizaciones ambientalistas del mundo deciden apoyar procesos de enriquecimiento forestal en el trópico para asegurar entornos receptores de especies propicios para su refugio y alimentación.

Las aves se preparan para el viaje aprovisionándose intensamente de alimentos formando reservas de grasa como combustible y realizando ejercicios de estiramiento muscular. Están en juego complejos mecanismos de orientación como ubicación de estrellas, olores y la percepción de los campos magnéticos de la tierra. El fenómeno revela aspectos casi increíbles, superlativos.

Por ejemplo, la Sterna paradisaea, una gaviota ártica que visita nuestras costas caribe y pacífica, viaja desde el Ártico a la Antártida en un recorrido aproximado de 18.000 kms. En otra ruta, entre Alaska y Nueva Zelanda se registró en 2020, un viaje de 12.854 kms entre el 16 y el 27 de septiembre. Durante esos 11 días, un ejemplar de Limosa lapponica o Aguja colipinta, recorrió una distancia de 12.854 kilómetros. Es menester considerar que un ejemplar de esta especie pesa entre 190 y 400 gramos. Según la fuente, el registro fue logrado en un ejemplar anillado portador de un pequeño dispositivo electrónico para rastreo satelital. Como si fuera poco al parecer lo hizo sin paradas; las aves tienen la capacidad de descansar al vuelo pues mientras duermen, la mitad de su cerebro está activo al tiempo que la otra reposa: simplemente asombroso.

El regreso a su lugar de origen que se estima para marzo del 2022, es motivado por procesos como el aumento de lluvias en el trópico y la necesidad de intensidad lumínica -días con mayor presencia de luz solar, propios del verano del norte. Estamos entonces a punto de oficiar como anfitriones de esta valiosa visita y pueda ser que costumbres arraigadas de cacería de ciertas especies en nuestro territorio, vayan en franca decadencia y que los ecosistemas del año anterior aun conserven características que favorezcan su estadía.

De ahora en adelante recomendamos estar dispuestos a mirar hacia arriba pues en los próximos días las migraciones de rapaces llenarán nuestros cielos y en los bosques y relictos urbanos se enriquecerá la oferta de aves. Fernando Ayerbe, biólogo colombiano autor de la guía Avifauna colombiana, anuncia que empezarán pronto a llegar Petrochelidon e Hirundo (Golondrinas) , Pandion y Elanoides (Águilas pescadoras y otras rapaces) entre tantas. Llegan y su único equipaje está compuesto por su hermosura, variedad, cantos y comportamientos, regalo natural que desde la Sociedad Quindiana de Ornitología invitamos a cuidar y disfrutar.

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