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Región  |  07 enero de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

El eterno problema de la calidad del agua que consumen los niños del campo en el Quindío

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Por Pablo Morales

Quindío abundante en verde natural, históricamente caracterizado por su riqueza hídrica, hoy tiene que hacer un alto en el camino y ejecutar acciones que tiendan a la protección del agua como recurso vital. La ausencia de políticas serias en torno a su conservación, tiene un gran impacto negativo en el ecosistema y en la población, principalmente del sector rural de este Departamento.

Así lo corrobora Luis Carlos Serna, Biólogo de la Universidad de la Universidad del Quindío, quien se caracteriza por ser un ciudadano enfocado en brindar soluciones para la protección del agua y el ecosistema para las próximas generaciones, “La población rural no tiene agua potable, el agua del comité de cafeteros es no apta para el consumo humano, sin ningún tratamiento, como en el siglo 17, pero ahora en el siglo 21. Y entonces esos niños que van a la escuela y que salen a recreo que entran mamados de sed y se pegan de un grifo, ¿qué?, esos son los niños que están enfermándose, son ellos los que suben los índices de las patologías asociadas a la contaminación del agua, porque acá no hay ningún manejo serio del tema”.

Aunque es bien sabido que el problema es sistémico y viene desde el páramo, es principalmente la contaminación por agroquímicos y la minería de metales en general la que está permitiendo el avance de un problema tan serio para la viabilidad de nuestro territorio. Las aguas de escorrentía perjudican el agua de los ríos y las aguas subterráneas. “Lo más grave de todo es que no hay ni una sola campaña, ni siquiera por Secretaría de Educación o de Salud, de manejo del agua para el sector rural, les vale tres los niños del campo”. Adicional a esto, mencionó que en el Quindío no se miden metales pesados, cuando hay vestigios de mercurio desde el año 1983 por la minería artesanal. Estos metales pesados se acumulan en el organismo elevando los índices de cáncer entre la población, dato que de inmediato lo convierte en un aspecto urgente por mejorar. Colombia es el único país en el mundo que no está aplicando el “Convenio de Minamata” en función de la regulación del mercurio para proteger la salud humana y el medio ambiente de sus efectos adversos. Hoy pareciera que en Colombia no fuera ilegal verter veneno en sus ríos.

A propósito del tiempo de elecciones de nuevo presidente y Congreso de la República, valdría tener en cuenta a los postulantes que tengan propuestas serias al respecto de esta grave problemática que nos afecta a todos.

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