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Cultura  |  16 agosto de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Magola Arango, la artista quindiana que recorrió parte de Europa con su obra pictórica

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Sus padres, Félix Arango Arango y Sofía Mejía Villegas, vinieron de Manizales, con 11 hijos, y se establecieron en una finca de Armenia. Lograron educarlos a todos, entre ellos el exgobernador del Quindío Jorge Arango Mejía. Magola Arango es la única sobreviviente, entre sus hermanos y sus padres. Vive pintando en el hogar Anita Gutiérrez de Echeverry, a donde fue por su propia cuenta.

EL QUINDIANO la encontró en su pequeño cuarto, rodeado de pinturas, pinceles, cuadros, dibujos, bosquejos y recuerdos. A sus 87 años de edad, Magola Arango Mejía sigue pintando, con absoluta lucidez, conservando su mirada crítica del mundo y de las cosas. Conversamos con ella, sentados en uno de los quioscos del hogar de adultos mayores.

Usted fue uno de los 11 hermanos de la familia Arango Mejía que pudo estudiar. ¿Dónde estudió?

Yo estudié en Manizales, tuve la dicha de ser la alumna de Alipio Jaramillo, profesor de Bellas Artes, un profesor bastante fregado, él solo admitía aquellas personas que en verdad creía que tenían talento.

Magola, por favor, expliquémosle a la gente quién era Alipio Jaramillo, su profesor.

Alipio era de una familia de políticos, fue un hombre que en Colombia no se destacó lo que debiera haberse destacado por culpa de Marta Traba, que esté en gloria de Dios si lo merece, pero ella dijo que él era un maldito comunista, pero en realidad era un dibujante maravilloso y un sujeto supremamente inteligente.

¿Cómo eran las clases con Alipio Jaramillo?

En esa época se estudiaba con un modelo vivo desnudo que podía posar dos, tres o hasta cuatro horas con algunos descansos, otras veces había poses de cinco minutos, eso era rapidito, para el dibujo del cuerpo humano. Puedo decir que él fue el mejor profesor que yo tuve, incluso tuve la oportunidad de estudiar en otros países, pero como él, ninguno.

¿Usted terminó allá en Bellas Artes en Manizales, y qué título recibió?

El título era Maestro en Artes, pero yo le había dicho a Alipio que yo solo asistía a las clases de perspectiva, pintura y color, a mí no me deben dar el título porque yo no hacía otras cosas que hacían en la carrera, lo que él me dijo fue que, eso no servía para nada. El director Teodoro Jaramillo que era un acuarelista, me dijo que por qué no quería el título si yo era la persona más dedicaba para esto, él dijo que no le hiciera caso a ese loquito, y efectivamente no quise el título, y no me hizo falta, porque la gente quiere es verlo a uno hacer. Vos podés llevar el diploma y no sabes ni siquiera en donde estás parado.

Luego de estudiar con Alipio Jaramillo, ¿qué se dedica a hacer?

Luego de Alipio Jaramillo yo decidí irme a Europa, quise tener una beca, por lo cual le hablé a un pariente de nosotros, Silvio Villegas. Le dije que era hija de Sofía y Félix, soy pintora, pero me dijo que las becas en Colombia se les dan a las personas altamente conocidas, y me expresó que a un pariente no se la daría. Entonces, yo le dije que personas altamente conocidas son dos, el presidente Carlos Lleras Restrepo, que no puede dejar el país, y Tirofijo, que es un matón que tampoco puede abandonar el país, así que muchas gracias, yo me voy. Así que averigüé un pasaje en barco lo más barato posible, me fui en ese barco, en avión era muy caro, yo tenía como 26 años.

¿De dónde salió el barco?

De Cartagena, a la una o dos de la mañana, yo me di una mareada terrible, que casi me muero, tanto así que el médico me cogió cariño y me daba juguitos en lata.

¿Cuánto duró el viaje?

Era de 15 días, pero duró un mes por culpa de un ciclón en el África, entonces un día me dijo el médico que hoy la dejo comer, porque yo estaba muy débil, así que me tiré en una poltrona y miré hacia un lado y estaba uno de los meseros secando los platos y al mismo tiempo con el mismo trapo limpiándose la nariz, así que le dije al médico que mejor hoy tampoco comía, que mejor jugo en lata.

¿Usted pintó o conto algo de ese viaje?

Escribí una serie de cuentos que ya ni sé dónde están.

¿Qué hizo cuando llegó a Madrid?

Cuando llegué, ya le había escrito a una monja que era tía de una amiga mía, que si me recibía un mes mientras yo conseguía trabajito, ella dijo que si, entonces allá me metí a una escuela de arte. Un africano vio una de mis pinturas y me dijo que me metiera a tal escuela, la cual era para gente muy pobre, pero ahí sí había modelos que posaban desnudos y en donde yo podía exponer mis obras. Me conseguí un puesto en una cerámica de un venezolano, él me dio trabajo porque dibujaba muy bien y hacía cerámica, pero no podía decir que yo era extranjera porque eso estaba prohibido, fue durante la dictadura de Franco.

Estuvo en Madrid, Barcelona y luego en París, ¿Cómo fue la exposición de su obra?

En Barcelona expuse, con unos pintores catalanes, en París fui a dos exposiciones, donde en la primera llevé una gitana pintada en España y en la otra un paisaje, en donde me dieron la medalla Paul Gauguin en el VII salón internacional París

¿Cuál es la técnica que ha usado con mayor recurrencia en su pintura?

Hice acuarela por rapidez, yo pinto muy rápido, pero dejé de hacerla porque no es una técnica que desafié el tiempo, la única que si lo hace es el óleo, por tal motivo tengo obras pintadas desde hace cincuenta años.

¿Cuál es la temática que más ha abordado?

Me metí mucho con la gente del pueblo, incluso un sobrino mío tiene un retrato de un viejo, que le digo que él puede salir de lo que quiera menos del retrato de don Manuel, incluso un francés me dijo que si tenía dudas de mi capacidad pictórica, que mirara ese retrato, porque solo lo pinta un artista.

Usted pinta retratos, ¿pero también paisajes?

Si, paisajes del Quindío, Manizales, también paisajes ideados.

Usted estuvo en Praga, pero también en Chile.

Estuve en Praga un año, cuando a Jorge Arango Mejía, mi hermano, lo nombraron embajador, pinte cosas de Praga, las tiene mi cuñada, pinte un niño checo y los castillos.

Después de Praga va a Chile.

En chile estaba Allende, se decía que se iba a volver como Cuba, dije que yo me voy, porque si se iba a volver como Cuba yo me iba a defender, me tocó la caída de Allende, los comunistas dicen que él se suicidó, pero el murió asesinado por los militares, allá no hice mucha pintura, las condiciones eran muy difíciles, hice algunas cosas de indígenas y paisajes.

Usted está hoy en día en el ancianato Anita Gutiérrez de Echeverri, ¿Por qué se vino para acá?

Yo vivía en un muy buen apartamento en Armenia, pero un sobrino me dijo que le habían hablado muy bien de ese hogar, a lo que yo le dije que averiguara si podía pintar, porque yo tengo plena lucidez mental, y efectivamente se podía, así que aquí estoy ahora, aún pinto, incluso en abstracto.

Magola Arango Mejía trabaja a diario, pintando, termina sus cuadros y los dona, los regala, porque como dice ella, ensimismada en sus óleos y sus pinceles, “todo lo regalo o lo dono, porque el ataúd no tiene bolsas para llevarme nada…”

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