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Armenia  |  06 agosto de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Sergio Muñoz Bata

Testimonio del guarda de seguridad sobre su experiencia con el fantasma de la alcaldía

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El guarda de seguridad de la alcaldía que vivió el episodio del fantasma en el edificio de la alcaldía de Armenia rindió testimonio sobre lo que vio, en una conversación que tuvo con el alcalde José Manuel Ríos Morales y su asesor de despacho, el abogado Jhon Edgar Pérez.

Cuando los dos funcionarios abordaron al vigilante, lo vieron desfigurado, atemorizado y sin ninguna disposición de regresar a su labor en el edificio de la alcaldía. El hombre contó que había dado su ronda por los pisos 6 y 5 del edificio, y cuando pasó al piso 4 se encontró, tarde de la noche, con un hombre de mediana edad, delgado, moreno, pero no afrodescendiente. Le preguntó sobre su estadía en el piso y dijo que estaba laborando, pero le había cogido la noche, y que ya se iba.

Cuando el individuo trató de bajar las escalas, el vigilante lo atajó y le dijo que tomara el ascensor, pero al dar la espalda, ya se le había perdido. El vigilante empezó a buscarlo entre las columnas del piso, sacó una linterna y siguió un poco más adelante. Luego lo volvió a ver, pero después se le desapareció de nuevo. Y así, con la linterna en la mano, dio aviso por el radio teléfono a la central de monitoreo, de donde le respondieron que ellos, desde los monitores del sistema de televisión cerrado, no veían a nadie y que él, (el vigilante), llevaba rato hablando solo. Le dijeron que saliera del cuarto piso, porque se decía que estaba embrujado y que lo mejor era irse de allí.

El vigilante no atendió ese llamado e insistía que había allí un hombre, y en ese momento sintió que una fuerza superior lo empujó contra una pared y lo tiró al suelo, y luego lo arrastró. En ese instante, quienes monitoreaban el hecho bajaron para auxiliarlo, pero cuando trataban de pararlo, sintieron una fuerza que no se los permitía, y cuando hablaban, sus voces se tornaban roncas y profundas.

Todo pasó en pocos minutos. Una de las guardas que monitoreaba y que bajó a percatarse de la situación, decidió salir del sitio, como se lo habían recomendado. El episodio pasó, pero el vigilante quedó con un enorme trauma, y mucho más cuando juntos vieron el vídeo.

Finalmente, y luego de contar todo lo acaecido en la noche del lunes 2 de agosto, el vigilante le pidió al alcalde que hablara con la compañía de vigilancia para que lo trasladaran de sitio porque, él, ni por ‘el Diablo’ volvería a trabajar de noche en el edificio del CAM.

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