Aldemar Restrepo Murillo tiene la fortaleza mental de un abogado recién egresado. Este año arriba a sus 92 abriles, y completa 63 años de trabajar como abogado litigante. Cansino, pero con alegría, sube las escalinatas del palacio de Justicia de Armenia, donde lo llaman El Veterano, para revisar los procesos y asistir a las audiencias que le corresponden, en representación de sus clientes.

“En este momento estoy llevando tres procesos. Como no me dejan salir de la casa, por la edad, habida cuenta de la pandemia, mi hija me ayuda y lleva los alegatos a los juzgados. Pero, hasta hace un año, yo personalmente subía al propio palacio para asistir a mis representados”, sostiene este hombre que, además, conoce al dedillo la historia política, administrativa y judicial del Quindío.

Uno de los casos que lleva tiene que ver con la defensa de un cliente que prestó un dinero en prenda de un bien inmueble, donde el dueño del mismo murió y el bien fue declarado en extinción de dominio. “Es un caso complicado porque varios interesados pusieron abogados para reclamar y ahí tenemos gran cantidad de colegas detrás de una misma causa”, cuenta Aldemar Restrepo, con una mirada serena y con la seguridad de poder ganar el pleito.

Por la pandemia, Aldemar Restrepo vive hoy en un predio rural, junto a su esposa y una de sus hijas, pero con las comodidades de la ciudad. Hace casi 20 años abandonó su vieja máquina de escribir y se acostumbró al computador, donde redacta todos sus alegatos. “No logré pensionarme y no me puedo quedar sentado sin trabajar, por eso sigo litigando, como lo hago desde 1958, cuando la universidad Externado de Colombia me otorgó el título de doctor en Derecho”, relata este hombre que nació en Pácora, Caldas, en el año de 1929, en un hogar de 16 hijos, que en 1930 llegaron al Quindío.

Otro caso que lleva es la sucesión de unos herederos. Cuando fue a registrar las escrituras se dio cuenta que habían suplantado al dueño del bien con un poder falso que otorgaba la propiedad a otras personas, quienes habían hipotecado el mismo inmueble. “En este caso estoy esperando la audiencia para que se inicie el juicio correspondiente”.

Su vida ha transcurrido en los juzgados, como lo hizo también su padre Jesús Antonio Restrepo Botero. Fue secretario de gobierno del alcalde Ancízar López López en 1958 y gerente de Empresas Públicas de Armenia en el gobierno de Hernán Palacio Jaramillo en 1964-65. Le ofrecieron cargos en las listas políticas de las corporaciones públicas, pero prefirió el derecho y el litigio a la política.

Durante esta pandemia del coronavirus ha tenido que despedir, espiritualmente, desde su casa, a varios de sus hermanos, que se fueron por cuenta del virus. Pero él, sigue firme, incólume, con la tristeza a cuestas por no haber podido acompañar a sus hermanos a la última morada, y pensando, más allá del presente, en el futuro y en su responsabilidad profesional de litigante con sus clientes. No nos cabe dudas que Aldemar Restrepo Murillo es el abogado litigante activo con mayor edad en el Quindío y, posiblemente, en Colombia, un ejemplo para la profesión.