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Región  |  11 abril de 2020  |  12:01 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

Una radio, los borrachos y la asonada del 9 de abril de 1948 en Génova

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Por Luis Fernando Franco Ceballos

El 9 de abril de 1948, fecha desventurada para la patria y que se ha señalado como el punto de partida de los gravísimos males que de entonces acá la han aquejado, no revistió en esta población de Génova características calamitosas.

Sólo un radio de baterías propiedad del señor Belisario González se encontraba funcionando aquel 9 de abril de 1948, y estaba situado en una cantina que este poseía enfrente de la casa de don Ramón Osorio.

A la hora del atentado contra el doctor Jorge Eliécer Gaitán Ayala en Bogotá, en el bar de don Belisario se tenía sintonizado el radio periódico Últimas Noticias que en Bogotá dirigía Rómulo Guzmán, de suerte que la noticia del atentado se conoció inmediatamente en Génova. También se conocieron, además, a medida que los hechos se iban sucediendo, el desenlace trágico del doctor Gaitán y los graves acontecimientos que tanto en Bogotá como en otras ciudades del país se desencadenaron a partir de aquel momento, y que casi dan por tierra con el gobierno del doctor Mariano Ospina Pérez.

Natural que el liberalismo de Génova, al conocer la infausta noticia del asesinato de su jefe, se hubiera sentido herido; y natural también, que al agolparse en los establecimientos públicos anhelante de noticias –la planta de energía se puso a funcionar desde las 3:00 de la tarde aproximadamente y por lo tanto todos los radios de los cafés y domicilios privados empezaron a funcionar- y al enterarse de la suerte que estaba corriendo el país, la gente se hubiera entregado a los excesos del alcohol.

Poco después de conocida la noticia de la caída del caudillo, una llovizna empezó a bañar la tierra, y a medida que la tarde avanzaba, se iba haciendo más pertinaz y más recia, hasta el punto que al caer la noche era un verdadero vendaval; como si la naturaleza también hubiera sido herida en lo más profundo y por este medio quisiera poner de presente su gran dolor.

Entrada la noche un grupo de ebrios, armados de revólveres y escopetas, pretendió tomarse el cuartel de la policía, donde se encontraba el alcalde de la población, señor Argemiro Prado Montes. Pero bien caro les salió el ensayo: un saldo de cuatro heridos fue el resultado de la primera descarga realizada por los agentes. Los ciudadanos lesionados fueron: Carmelo Aguirre, quien perdió una pierna; Aldemar Cardona, Misael Quintero y un zapatero apodado “Suegra”.

Se le debe abonar a la policía de ese entonces que sus intenciones no fueron las de causar bajas, sino más bien las de ahuyentar a los atacantes, disparándole a las piernas. Existía todavía el respeto por la vida de los ciudadanos. La acción estaba encaminada a deponer al alcalde Prado Montes, quien se parapetó en el cuartel de la policía y le hizo frente a la situación.

Cuatro heridos liberales y un buen saldo de encarcelados fue la secuela del 9 de abril en Génova. Se obtuvo la excarcelación de los detenidos gracias a la nueva colaboración del liberalismo en el gobierno, y a que este dispuso que no se debiera adelantar investigación alguna desde que no se hubiesen perpetrado delitos comunes.

Al señor Argemiro Prado Montes –conservador- lo sucedió en la alcaldía el señor Luis Gonzaga Cardona –liberal- en virtud de la reorganización del gobierno de Unión Nacional, lo que creó un ambiente de calma, la que de seguro no duraría mucho. Este hecho tuvo lugar el 20 de mayo del mismo año de 1948. Después de Cardona hubo otro alcalde del mismo apellido e igual filiación, pero entre ambos no alcanzaron al fin de ese año. Unos dos meses antes entró a regir los destinos del municipio un alcalde militar. Este alcalde fue el subteniente de la policía Hernando Moreno Varón.

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