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Cultura  |  20 noviembre de 2017  |  10:17 AM |  Escrito por: Robinson Castañeda

Un rollo abierto por 20 ediciones

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Un rollo abierto por 20 ediciones:

La revista El Rollo ha tenido cambios favorables, comenzando desde sus contenidos hasta el diseño e impresión el cual ya no es papel electrostar.

Cuando Agostino Abate, el sacerdote de la parroquia pentecostés de la Universidad del Quindío, le propuso al periodista Pedro Nel Zuloaga pertenecer a su proyecto “La universidad por un nuevo humanismo”, este último no se imaginó que esa invitación se convertiría en una revista cultural que ya completa 20 ediciones en 9 años. Pero la idea no llegó sola, todo fue una conspiración intelectual planeada junto a Jorge Mendoza, también periodista, ambos egresados de comunicación social. El grupo inicial de toderos de este sueño lo completaban María Helena Sandoval y Daniel Jiménez.

Al momento de dar un nombre al nuevo proyecto periodístico, el cual veían no como un simple pasquín informativo sino como algo más serio, no querían espantar a los lectores con religiosidades, así que lo encontraron en los textos bíblicos del antiguo testamento. Aquellos relatos donde el sacerdote abría los rollos de la ley para dar el mensaje de Dios al pueblo judío. Y entonces el rollo fue abierto.

Entre todo este ir y venir de ediciones semestrales, Pedro, quien desde ese entonces es el director de la revista, cuenta que duraron todo el año 2014 sin sacar publicaciones; “Yo recuerdo que en una reunión con Jorge Mendoza él me decía que iba a cerrar el facebook de El Rollo, pues no estábamos sacando nada. Matémoslo de a poquito me propuso. Yo le hice caso y empezamos a cerrar las cuentas de redes sociales”. Pero la buena nueva del padre Agostino para comenzar otra edición los tomó por sorpresa y retomaron labores de lo que ya habían creído un buen recuerdo.

El padre Agostino y la libertad:

Simplemente los integrantes de la revista definen al padre Agostino Abate como “Alguien que está en todo pero está en nada”. Lo anterior debido a que en muchas oportunidades no asiste a las reuniones por razones de su agenda, pero siempre envía un delegado. Es la forma de trabajar en los proyectos en los que participa. La confianza es una de sus máximas dentro del equipo, respetando la libertad, a las personas y sus ideas. Jamás se opone a textos o fotografías para que no sean publicados en El Rollo. Uno que les recuerda ese respeto al trabajo editorial fue en la edición donde se incluyó un texto sobre el suicidio, el cual no tuvo problemas para salir al público en la revista.

Así se ha mantenido siempre El Rollo. Respetando y permitiendo que estudiantes, profesores y particulares encuentren un lugar donde dar a conocer sus escritos en cualquier formato, desde ensayos, crónicas, cuentos, relatos, entre otros.

El primer saque:

“Se quedó pequeña”, fue lo que pensó Pedro Nel cuando tuvo el primer ejemplar de El Rollo en sus manos. Por aquel entonces, segundo semestre del año 2008, apenas era un documento de dos cuerpos. Y no fue el único en ese sentir entre los integrantes del equipo de redacción. Era algo que le rondana a cada uno en sus silencios pero fue el padre Agostino quien lo corroboró cuando dijo que debía ser más grande y así se hizo.

20 ediciones después:

A la fecha la revista El Rollo ha tenido cambios favorables, comenzando desde sus contenidos hasta el diseño e impresión el cual ya no es papel electrostar sino propalcote, pues que se busca resaltar el manejo de gráficos y fotografías que llegan durante las convocatorias y así se da algo de calidad al lector. Eso por el lado del impreso que comenzó con 2 mil ejemplares pero por razones de mal uso de parte de estudiantes y de la economía que no andaba bien, se decidió bajarlo a mil, cifra en la que se mantienen.

En el mundo de la web es mucho más amplio el contenido de la revista, pues es usado en vías diplomáticas para aquellos trabajos que no quedan en la versión impresa.

En cuanto a pauta:

Siempre alejados del tema pautas publicitarias, pues no tienen ni una sola, los integrantes de El Rollo causan admiración ya que este compromiso comercial no es ajeno a los medios de comunicación y al manejarlo de esta forma se mantienen literalmente independientes, sin eufemismos ni slogans que no se cumplen. Así, gratis para el público, la revista se mantiene más amplia en su trayectoria e identidad.

¿Y cómo logran estar a flote en sus finanzas para publicar? gracias al apoyo del sacerdote Abate por medio de la parroquia universitaria.

Es pues como este rollo tiene mucho que contar en cada semestre cuando se abre a sus lectores y al igual que los rollos en la antigüedad, trae un mensaje que no puede pasar indiferente.

Para Pedro Nel “Todo periodista debe tener un proyecto propio fuera del trabajo con el que paga sus cuentas” y la revista El Rollo es el suyo. Un medio que contó con suerte dentro de sus ingredientes de éxito: “Esto es lo de nosotros, lo que producimos, escribimos, hacemos. Es nuestra vida. Donde plasmamos nuestra visión del mundo”.

Por ahora El Rollo se cierra hasta el semestre entrante cuando complete 10 años de existencia y llegue a su edición numero 21. Mientras tanto pueden encontrar la revista en diferentes espacios de la Universidad del Quindío, librerías de Armenia,  El Café de Carlos y en  el Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío en Calarcá, y en la Universidad de Ibague. No lo olviden, es una revista gratis como el sol.

Fotografías cortesía de la Revista El Rollo.

De izquierda a derecha: Johan Andrés Rodríguez Lugo, Editor.
Pedro Nel Zuloaga, Director.

 

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